viernes, 31 de octubre de 2014

A un árbol desnudo.

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A un árbol desnudo.

Soy como un árbol, pierdo mi corteza,
y me quedo desnudo en el invierno,
mantengo la savia en mi fondo interno
porque quiero salvar mi fortaleza.

No soy el santurrón que canta y reza
para evitar la angustia del averno,
calladamente escribo en el cuaderno
poemas sobre mi naturaleza.

Por eso en este invierno de mi vida,
rechazo todo aquello que me sobra,
los amigos inciertos, la basura,

el odio, el desamor, la desmedida
pasión que tuve siempre por mi obra,
y escribo de la vida y su locura.



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jueves, 30 de octubre de 2014

Densidades.





 Este largo poema lo escribí en versos alejandrinos (14 sílabas). Si tú, lector, eres amante de la poesía profunda, decídete a leerlo. Si lo lees, te agradecería me hicieras un comentario sincero, profundizando en mi pensamiento. 

Densidades.

Hoy pulvericé un terrón de tierra lentamente,
y la blanda arena se deshizo entre mis dedos,
transmitiéndome un efluvio de años milenarios,
percibiendo vestigios de creación de  mi vida
en el montón de tierra disuelto entre mis manos.

En ese polvo cósmico estaba mi retrato,
mi figura, mi frente, mis ojos, mi cabeza,
diseñado claramente y ahora reencontrado
en esos polvorientos terrones de mi tierra,
emblemáticos de un mundo que ha sido compactado
por las fuerzas ignotas de la naturaleza.

Estaba plenamente impregnada mi sustancia,
disuelta entre mis dedos, y no supe qué hacer,
me emocionó distinguir mi cara en el retrato,
besé la arena, lloré con ansia y desconsuelo,
apretándola estremecidamente entre mis manos,
me tumbé de espaldas con los brazos extendidos,
con los ojos abiertos y ofrecí mi persona
al misterio de la conjunción universal,

De modo que era verdad, que estoy hecho de tierra,
y he sido concebido por el fuego y el agua,
dibujado por espasmos telúricos y sismos,
moldeado en la arena, formada mi sustancia
con tierra  de otros cuerpos amados y vividos
en la plenitud de su existencia temporal,
¿soy un montón de tierra convertido en arena,
un reflejo fugaz de la luz universal?

No sé entonces por qué estoy subiendo al suburbano
para ver a toda prisa la Quinta Avenida
y admirar el Art Decó  ¿puede que tal distancia
aleje tanto a la realidad de mi sustancia?
el ruido de los trenes, los frenos chirriantes,
esa chica que me mira pero no me ve,
¿seré tan viejo ahora como cuando nací?
¿ está mi retrato en la arena desdibujado?
Ya no recuerdo mis rasgos, puede que no existan,
borrados por el aire, por el agua y el fuego,
elementos puros que a todos nos han creado
y que la modernidad, de pronto, ha destruido,
recuperar la arena blanda para esculpirla,
y rehacer mi frente, mi cabeza, mi figura,
es un imperativo, es algo imprescindible
para ser yo el mismo y no traicionar al mundo
de esos antepasados que han creado mi esencia,
y que hoy día se encuentran perdidos y olvidados
en este mundo del Art  Decó tan modernista,
en esta revolución de principios e ideas,
en este maremágnum de modernas tendencias,
oscuro amasijo de espurios amores nuevos,
alejados de la densidad de mi sustancia.

Mi vida parece que ha cambiado en este entorno,
mi retrato se ha perdido y no quiere aparecer,
será cuestión de buscarlo y tenerlo presente,
no me importa recibir lo nuevo, lo moderno,
si se suma a mi esencia nacida y conformada
por los genes seculares de antiguos ancestros,
partir de lo viejo para hallar en lo moderno
las nuevas fórmulas, las palabras generosas
que actualicen mi manera de pensar y amar,
para que esa chica del suburbano me vea
cuando me mire, y nos sintamos tan unidos
que la distancia  y la realidad se confundan.
¿sonrió levemente? no sé, quizás pensara
que yo existía y nos habíamos amado
en algún momento evolutivo de nuestro ser,
la memoria y el amor a veces se confunden
cuando tenemos necesidad de ser amados
y un suburbano puede servirnos como causa
de una conexión  inocente y desesperada.

Bella entre las bellas nació esa mujer amada,
tan lejos pero siempre recordando su esencia,
una ligera mirada  sin ninguna causa,
un seísmo nuevo removiendo mis entrañas
sumándose a mis viejos y siderales sueños.
Y tú, ¿quién eres, ese  retrato, blanda arena,
por qué sumidero ha desaparecido entonces?
los viejos tics ya han sido ahora reemplazados
por la falta de sustancia de esta algarabía
y te encuentras desvalido frente  al nuevo mundo
que, en torno a ti, te envuelve y después  de fascinarte
te sumerge en el ruido, absorbe tu palabra,
y ni pensar te deja en la historia de tus años.

Pronuncias amor, esperanza, vida,  e intentas
diseñar de nuevo la figura que perdiste,
al percibir la huella de una extraña mirada,
pero quedas en silencio al abrirse las puertas
y encontrarte vacío, sin ella en la parada.





miércoles, 29 de octubre de 2014

La pintura de mi atardecer.





La pintura de mi atardecer.

La desnudez de un árbol, la neblina
del invierno en la que se esconde el río,
la extensa soledad, el denso frío,
la luz del sol rompiendo en la colina.

¿Cuándo empezó el pintor, cuándo termina
este difícil cuadro, un sombrío,
lábil atardecer, un desafío
que con su etérea sombra me conmina?

No critico el esbozo de este lienzo,
acepto lo que tenga que aceptar,
yo conozco mi edad y su premura.

Sé que a mi amado tiempo no lo venzo,
por eso estoy dispuesto a soportar
que al fin venga la noche a mi pintura.


martes, 28 de octubre de 2014

El realismo de Antonio López.






El realismo de Antonio López García.


Sus posibilidades personales
son el límite actual de su pintura,
no hay nada que se escape a la hermosura
de sus lienzos sencillos y reales,

la percepción cercana, los detalles,
el logro de la luz y la figura,
su esquematización, su arquitectura,
copia integral de casas y de calles.

Todo parece fácil y cercano
al salir del pincel esclarecido
por su visión certera y su agudeza,

nada se escapa de su fértil mano,
todo es paisaje puro concebido
en las horas de máxima belleza.


La muerte en mi poesía.





La muerte en mi poesía.


He pensado en la muerte y he evitado
llamarla en mi  poesía, mas no puedo
resistir su certeza y tengo miedo
de que ella venga y sea yo el llamado.

Para evitar que llegue hasta mi lado
como poeta intento hablar muy quedo,
eludir que descubra mi remedo
y acabar para siempre silenciado.

¡Mas, qué hacer! será el inevitable
punto final de mi olvidada historia,
imprevisible “tee” de  mi carrera.

Ese frágil  momento insuperable
será el sueño que guarde mi memoria
en el futuro mundo que me espera.



/El grito. de Edvar Munch/


lunes, 27 de octubre de 2014

Mirando al mar.





La bahía de Santander.

Estoy pisando el puntal de Somo,
arena y agua, agua y arena,
hundiendo mis pies en su bellísimo espolón,
saludado por gaviotas argénteas
que se dirigen veloces
hacia la línea azul y verde
que dibuja el contorno de la bahía. 


Rompe el indiano el horizonte,
deshaciendo la altura desde Peña Cabarga
para frustración de poetas y jándalos. 


El verde de Pedreña consuela mi espíritu
hasta la Horadada donde el aire silba
y, en su furia intermitente,
hunde a veces barcos y esperanzas

desde su isla hasta los astilleros. 

Allí, en el puntal, estoy descalzo
y me arrodillo en la arena
blanca y beis, beis y blanca,
inmerso en el recuerdo
y anonadado ante la belleza del presente,
como homenaje a la ciudad de mis sueños
que se ve en la distancia rodeada
de barcos, palmeras y tamarindos. 


Te recuerdo entrando en el agua,
valiente, salpicada de gotas de mar,
mirándome de soslayo,
enardeciéndome con tu sonrisa clara
y tu cuerpo húmedo y armonioso..
 

No hay tiempo para recorrer La Magdalena,
subir al faro o seguir
el sendero de piedra de la costa
para observar las rompientes desde su altura.
El día es azul y manda el sol en el Sardinero,
playas de cuidada hechura, donde dejamos olvidados
nuestros mejores años. 


Desde el médano, hundidos mis pies en el agua,
repaso nuestros instantes,
nuestros encuentros, nuestro amor permanente,
los paseos oliendo a yerba recién segada,
las rabas con vino blanco en Marucho,
las misas en los capuchinos,
los chipirones encebollados en el barrio pesquero,
los cafés con los amigos,
los conciertos de Narciso Yepes
en el claustro de la catedral,
nuestros paseos hasta la ciudad,
nuestra meditación
sentados en un banco con Gerardo Diego,

frente a su “clásica y romántica bahía”.

Nos sentimos unidos una vez más
llorando con Carreras en la Plaza Porticada,
alucinados ante la maestría de los jóvenes pianistas
en el concurso de Paloma O’shea,
enamorados siempre de la brisa húmeda del mar,
brisa salvadora, brisa nunca olvidada.
 

Allí tuvieron nuestros hijos su primera adolescencia,
salvados por la música, por los tamarindos,
absortos ante la biblioteca de Menéndez Pidal,
que a su misma edad había comenzado a construir
un rascacielos de la inteligencia.
 

No sé si mirarte con mis ojos de ahora
o con los de antaño,
te veo tan bella, tan inmutable, tan azul,
que debo ser yo el cambiado, el distinto,
porque tú permaneces,
siempre fiel a tu espacio, a tu agua, a tu mar.


sábado, 25 de octubre de 2014




El tándem de Ramón Casas


Su singular pasión por la pintura,
la armonía total de sus colores,
su interiorización, sus exteriores,
el dominio de la caricatura,

resaltan y confirman su figura,
como el líder genial de los pintores
de una generación en los albores
de una clara pasión por la aventura.

Señor de tertulias y pinceles,
discutidor moderno de teorías
esclarecido autor del arte nuevo

quisiera ser contado entre tus fieles
sintiéndote vivo en mis poesías,
para ser en el tándem tu relevo.

martes, 21 de octubre de 2014

La ráfaga de Turina.

De vez en cuando recuerdo que soy de origen andaluz y me tiembla el alma cuando escucho cierta música de mi tierra. Hice algún poema sobre nuestra música andaluza y recuerdo la obra de Turina con este antiguo soneto que escribí mientras la escuchaba.



A Ráfaga, de Turina



El trémolo en la noche, la crecida
del sonido del sur en barlovento,
la guitarra, la brisa, el aire, el viento,
la ráfaga en su origen prometida,

el singular punteo y su medida,
la enorme intensidad del movimiento,
la pasión andaluza del momento
la danza de los quiebros sostenida.

De repente, fusión de rasgueados,
la carrera veloz de pulsaciones,
el virtuosismo lacerante en frío,

y siempre en los acordes ya pausados,
tras el duro temblor de los bordones,
el silencio andaluz, tan hondo y mío.




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lunes, 20 de octubre de 2014

La belleza y la verdad en mi vida.





La belleza y la verdad en mi vida,


La belleza y la verdad, en mi vida,
son las raíces de mi pensamiento,
la savia es mi poesía, no el talento,
mi palabra, la gracia concebida.

Respetando la fuente recibida,
siempre poetizo aquello que yo siento,
si no gusta mi verso, lo lamento,
modelaré la idea percibida.

Porque no sólo la palabra manda,
lo importante es el fondo del poema,
que fija nuestro rumbo y nos da calma.

Allí es donde mi hechizo se desmanda;
al no tener lugar la estratagema,
obvio la imagen y desnudo mi alma.


La luz de tu mirada.



















La luz de tu mirada.

Deslumbra la mirada soñadora
de tus ojos abiertos a la vida,
es azul su color y es bienvenida
su clara lucidez abrasadora,

tu corazón es justamente ahora
una llama de amor estremecida,
esa fuerza vital de bienvenida
que abre mi alma con llama cegadora.

No dejes de mirarme, vida mía,
necesito esa luz de tus caricias
que aclaren la penumbra  de mi tarde,

no dejes que se pierda mi poesía
en soledades raras o ficticias
mientras mi amor por ti se enciende y arde.





domingo, 19 de octubre de 2014




Soneto al cardenal de la Guajira.

Yo soy el cardenal de la Guajira
muy largo de pluma y pico acerado
pinto de rojo, bonete afilado,
y no presumo cuando se me admira.

Solo acoso a una hembra si me tira
muy fino, soy de garra descuidado,
y en el trato tal vez apasionado
si existe la ocasión y ella me mira.

Sobre mi sitio me mantengo firme;
ni el viento, ni un relámpago, ni el aire
pueden desalojarme de mi rama.

Actuaré como los hombres, sentirme
pronto a satisfacer cualquier desaire
si una guajira cardenal me llama.




sábado, 18 de octubre de 2014

El vuelo de Aurelio Artturo.





El vuelo de Aurelio Arturo.


No puedo imaginar que el tiempo trunque
tu esotérica vida meridiana,
poeta de la tierra colombiana,
forjador de poesías en tu yunque.

En tus sueños de pólenes y estrellas,
polvaredas de versos y canciones,
duendecillos de luz y de emociones,
creaste las metáforas más bellas,

la tierra, el aire, pájaros volando,
banderas guacamayas, resonancias
de mujeres de trenzas y de infancias,

aros de horizonte, lluvias danzando,
sueños y nubes, versos de memoria
de tu Colombia, siempre, haciendo historia.

viernes, 17 de octubre de 2014

A mi amigo y editor Rafael.




Mi gran amigo y editor de mis libros Rafael  ha fallecido. Hemos sido amigos desde nuestra juventud y hemos compartido trabajo y amistad durante muchos años. Ha editado e impreso cinco de mis libros de modo absolutamente gratuito, haciendo con ellos un trabajo de  edición impecable. A él dedico el siguiente soneto con verdadera tristeza y como expresión de  mi admiración por él..


A mi amigo y editor Rafael Pérez Alonso

Sabe que siempre fuiste mensajero
de mis sueños poéticos, y sabe
que en nuestro etéreo mundo ya no cabe
un corazón tan grande y verdadero.

Mis libros son los tuyos y yo quiero
que por favor me dejes que te alabe,
lo que has hecho por mí que no lo acabe
tu viaje prematuro, compañero.

Mi poesía fue tinta, luz y fuego
en tus mágicas manos de editor,
agrietadas de verbos y oraciones.

Ninguno más que tú dominó el juego;
con papeles, imprentas y valor,
editaste mis sueños y emociones.






jueves, 16 de octubre de 2014

Cuando pienso que existes.



Cuando pienso que existes.

Cuando pienso que existes
 y estás a mi lado,
sólo el permanecer importa,
estar en silencio,
pensarte en silencio,
adivinar tu mirada, delinear tus márgenes,
abrazar tus pensamientos,
saber que vives conmigo y en mi.

No existe ya el tiempo de la incertidumbre,
sólo de la verdad y el asombro.

Cuando me miras y sonríes,
en tus manos recibes mi alma,
fascinada por esta permanencia,
y se vuelven tan cercanas tus cosas,
se condensan tanto mis sueños,
que las lágrimas
tienden a evadirse de mis ojos.

No tengo valor para dejar de mirarte,
te necesito tanto,
me desconciertas tanto,
que yo tampoco de ti podría evadirme.

Si te hablo de amor
es de mi entrega,
de mi permanencia en ti,
y es en tu esencia
donde quiero encontrarme
unidos con un vínculo eterno,
inalterable.


Solo tú conoces.




Sólo tú conoces.

Podrá ser un espacio lleno de flores,
un palacio entre las nubes,
algo nunca imaginado por nadie,
cerca de los luceros, allí,
más adelante, en tu calle,
un poco más allá.

Sólo tú conoces ese espacio,
eres la dueña de tu camino
y va a ser tu gran secreto;
nadie podrá saber que no es un sueño,
que ángeles y arcángeles
van a recibirte,
que todos van a recordarte
por tu maravillosa
forma de correr hacia tu espacio,
más adelante, en tu calle,
un poco más allá.

Todos tendrán lágrimas de alegría
al saber que lograste llegar,
que lo hiciste casi sin darte cuenta,
y que tu carrera fue tan maravillosa
que, casi sin cansarte,
alcanzaste los luceros, allí,
más adelante, en tu calle
y sólo un poco más allá.

(Muerte de una niña de nueve años atropellada por un coche)

miércoles, 15 de octubre de 2014


Liberación





De todo lo que cubre mi sustancia
aquello que me estorba, que me apena,
los discursos mediocres de mi escena,
la inútil falsedad de mi importancia,

el orgullo, la ira, la ignorancia,
las verdades a medias, las cadenas,
la insuficiente sangre de mis venas,
la falta de medida en la distancia,

vendrán pronto los dioses a librarme,
sin más defensa que mi propia esencia,
dejándome desnudo en mi gobierno,

porque no habrá razón que me rearme,
ni deuda que reclame mi presencia,
ni excusa que me libre de lo eterno.


lunes, 13 de octubre de 2014

La importancia de leer un poema.





Queridos amigos:

En primer lugar, quiero deciros que me agrada mucho comunicarme con vosotros en este blog de poesía que formamos todos cada día. Es un magnífico ejemplo de vivencia cultural. En este blog he participado comunicando muchos de los poemas, relatos, anécdotas  y estudios literarios que he escrito, algunos luego revelados en mis libros. Tengo que declarar que he leído en él simultáneamente muchos de vuestros  poemas y relatos de excelente calidad. Yo no voy a decir aquella frase tan famosa de Francisco Umbral en TV: “He venido a hablar de mi libro”. Hoy quiero presentarme ante vosotros para que me conozcáis personalmente un poco más y haceros llegar brevemente mis ideas sobre mi participación en el mundo de la poesía y el esfuerzo que personalmente sigo realizando para permanecer en contacto con él.

Me llamo Fernando Jiménez-Ontiveros Solís. Soy hijo de emigrantes. Mi padre nació en la casa más pobre del pueblo más pobre de la sierra de Almería. Debido a su inteligencia natural consiguió una beca de formación en Madrid donde, además del bachillerato, se doctoró en Ciencias exactas, licenciado en Derecho y terminó su carrera de Ingeniero de Caminos, llegando a ser el representante oficial de la República en los encuentros europeos sobre ferrocarriles.

Vinculado a los mejores intelectuales de su época, compró una casa en unaa Cooperativa de Casas Económicas en Madrid con el poeta José Bergamín, el arquitecto Blanco Soler, el matemático Bachiller, el poeta  Paco Vighi y otros intelectuales, como el hermano de Ramón Gómez de la Serna.

Allí nací yo, en la primavera de 1934, de cara al Guadarrama.

Al morir mi padre en 1944 ,mi madre y mis tres hermanos, (Javier falleció hace dos años), nuestra residencia como familia se consolidó en Madrid, donde habíamos pasado la guerra civil.

Fue mi madrina Gloria de Luna, muy conocida intelectual republicana, que me acogió con enorme cariño, siendo mi tutora y acompañante desde niño en mi formación sobre las bellas artes, la pintura, la escultura y, singularmente, la poesía.  Allí comenzó mi vocación poética.

A la edad de 17 años comencé a participar en todas las tertulias literarias posibles. Mi novia, ahora mi esposa, sobrina del poeta Gerardo Diego, estudiaba Ciencias Políticas y yo Derecho. También participábamos en tertulias de poesía en las casas de mis amigos y especialmente en las celebradas en los sótanos de la Casa de América, dirigidas por Jiménez Marañón, donde leí mis poemas en varias ocasiones.


A mis 19 años, estudiando el cuarto curso de mi carrera en la Facultad de Derecho de Madrid, en la calle de San Bernardo, me integré en el grupo de varios compañeros, como Mariano Ucelay, Julián Marcos y otros, y fuimos seleccionados por el escritor catalán Jaime Ferrán para formar parte de la Antología  Poética  Universitaria. El libro fue publicado y trabajamos muy intensamente en la preparación de encuentros entre “Poesía y Universidad” . Enrique Mújica Herzog (entonces comunista) y yo, visitamos a Gerardo Diego para pedirle que colaborase en esos encuentros. Fue la primera vez que hablé de poesía con Gerardo, que unos años más tarde fue nuestro padrino de boda.

Terminé mi carrera Derecho y comencé Filosofía y Letras, pero decidí casarme con Peque Diego y me dediqué a trabajar en lo necesario para la supervivencia familiar. No obstante, seguí escribiendo y leyendo poesía  ininterrumpidamente a nivel personal.

He escogido el camino de la poesía porque creo en esa aventura hacia el infinito que sustenta siempre la auténtica poesía y porque ella me permite transmitir a los demás mi pensamiento. Por eso intento lograr lo que dijera de la poesía el poeta Claudio Rodríguez: “Como si nunca hubiera sido mía, dad al aire mi voz”.´

La poesía es un arte muy críptico, es decir, es enigmática, oscura, difícil de entender. Alguien dijo que los poetas “somos unos grandes mentirosos, que siempre decimos la verdad”. Esto lo podemos hacer gracias a la palabra y en especial gracias a la metáfora, ese mágico instrumento que poseemos los poetas, que nos permite nuestra introspección y compartir al mismo tiempo con los demás nuestro pensamiento.

Pero, además de la inspiración, creo que un poema necesita mucho trabajo para poder decir en él lo que se quiere decir, si es que se sabe lo que queremos decir... Un poema es una obra de arte. Este trabajo humano tiene que, para ser propiamente arte, lograr una creatividad. Otras artes creativas, como la pintura, la arquitectura, etc  utilizan medios materiales distintos, plásticos, materiales et. La poesía  utiliza la palabra

Un poema se perfecciona cuando existe un lector y ese lector lo interpreta. Por eso vale la pena que participemos en este blog de poesía. Lo importante, lo necesario, es ver el poema, no al autor. En mi caso, como decía Juan Ramón. “Qué lejos de lo que quiero expresar se queda lo que expreso. Más lejos cada vez…

La poesía, por último, quiero transmitiros que es el fin de mi vida. No la escribo para esto o para lo otro, sino que me acompañará hasta mi propio fin, como el Ángel en todas las mitologías. Creo que debemos amar siempre la paz ambiente, objetiva y propicia a todos los seres, buscándola por la belleza y la verdad de la vida, en la poesía.

Amigos, he escrito estas líneas para que me conozcáis un poco y os pido que participéis en la lectura de mis poemas, como yo hago con los vuestros para que, entre todos, contribuyamos a profundizar en nuestro pensamiento poético.

Muchas gracias.

jueves, 9 de octubre de 2014

Hablando de sonetos.8.Antonio Machado.






Podría seguir recordando estos sonetos que me acompañaron en mi juventud y mi vida entera. Quizás vuelva en el futuro a transcribir otros, porque considero que no podré resistir a daros la lata con estos recuerdos personales. Pero ahora voy a dedicarme a escribir mis poesías, apoyado en estos maravillosos recuerdos, para tratar de ponerme al día y creer que sigo vivo intelectualmente. Gracias por haberlos leído.




Esta luz de Sevilla...Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre, en su despacho.___La alta frente,
la leve mosca, y el bigote lacio___.

Mi padre, aún joven. Lee, escribe, hojea
sus libros y medita. Se levanta;
va hacia la puerta del jardín. Pasea,
A veces habla solo, a veces canta

Sus grandes ojos de mirar inquieto
ahora vagar parecen, sin objeto
donde puedan posar, en el vacío.

Ya escapan de su ayer a su mañana;
ya miran en el tiempo, ¡padre mío!,
piadosamente mi cabeza cana.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Hablando de sonetos.7.Juan Ramón Jiménez.




Retorno fugaz.
         
        (Sonetos espirituales)


¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
__ ¡Oh corazón falaz, mente indecisa¡!__
¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan lijera
cual estival vilano...¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír,  vilano, alada
primavera de junio, brisa pura!...
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocóse en nada
__¡memoria, ciega abeja de amargura!__
¡No sé cómo eras, yo sé que te fuiste!

martes, 7 de octubre de 2014

Hablando de sonetos.6.Blas de Otero.




Déjame.



Me haces daño, Señor. Quita tu mano
de encima. Déjame con mi vacío,
déjame. Para abismo, con el mío
tengo bastante. Oh Dios, si eres humano,

compadécete ya, quita esa mano
de encima. No me sirve. Me da frío
y miedo. Si eres Dios, yo soy tan mío
como tú. Y a soberbio, yo te gano.

Déjame. ¡Si pudiese yo matarte,
como haces tú, como haces tú! Nos coges
con las dos manos, nos ahogas. Matas

no se sabe por qué. Quiero cortarte
las manos. Esas manos que son trojes
del hambre, y de los hombres que arrebatas.


Hablando de sonetos.5.Gerardo Diego.



INSOMNIO.

(De Alondra de verdad)


Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves.

Saber que duermes tú, cierta, segura
--cauce fiel de abandono, línea pura--
tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa esclavitud de isleño,
yo insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, tú por tu sueño.


Hablando de sonetos.4.José Hierro.



José Hierro


NIÑO.


Rey de un trigal, de un río, de una viña:
así habrá de soñarse. Y libre. Dueño
de si, hoguera perpetua en que arda el leño
de la verdad. Y que el amor lo ciña.

Querrá subir hasta que el cielo tiña
de claridad el bronce de su sueño.
Pero no hay alas. Se herirá en su empeño,
y llorará sobre su frente niña.

Y sabrá la verdad. Morirá el canto
en su garganta, roja del espanto
que oye y que mira y gusta y toca y huele.

Y estrenará su corazón rasgado
de hombre acosado, de hombre acorralado,
de ejecutado en cuanto se rebele.


lunes, 6 de octubre de 2014

Hablando de sonetos.3.Francisco de Quevedo.

Francisco de Quevedo (1580-1645

  A una nariz.

 Érase un hombre a una nariz pegado,
 érase una nariz superlativa,
 érase una nariz sayón y escriba,
 érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Hablando de sonetos. 2, Jorge Luis Borges.




Poema Ajedrez
de Jorge Luis Borges

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

viernes, 3 de octubre de 2014

Hablando de sonetos.1 Claudio Rodríguez.




Mi intención es transmitiros los sonetos escritos en español que más me han cautivado en mis lecturas poéticas. No puedo ni deseo olvidarlos. Comienzo con el escrito por un poeta de mi edad, Claudio Rodríguez, pleno de emoción y arte lingüístico.


 Soneto de Claudio Rodrígez.

Sabe que en cada flujo, en cada ola
hay un impulso mío hacia ti. Sabe
que tú me resucitas, como el ave
resucita a la rama en que se inmola.

Si tú supieras cómo no estás sola
cómo te abrazo, lejos, cuanto cabe.
Pon el oído para que se lave,
mi corazón como una caracola.

Y oirás, no el mar, sino la tierra mía
hecha con el espacio más abierto.
Y oirás su voz, mi voz que yo quisiera

meterte por el alma cada día,
clara como tu nombre, al descubierto
como este mar de amor mío que espera.