Descubrí nuestro mejor amor en el instante
de recibir mis ojos sin dueño tu mirada,
llegó sin hacer ruido, me invadió delirante
una fuerza agresiva, inquieta, apasionada.
Mi indolente mirada se volvió lacerante,
recorriendo tu frente, tus pómulos, tus sienes,
recibiendo incrédula la luz de tu semblante,
nacida en esos ojos tan profundos que tienes.
Besé con valentía tu boca, anhelante
de la caricia leve de mis besos ardientes,
y me entregué del todo a la desafiante
y generosa ofrenda de tus labios silentes.
El tiempo de nuestro amor fue así de terminante,
porque no fue una etapa continua de la vida,
nuestro amor se produjo sólo en un instante,
cuando tú y yo cruzamos la línea de partida.
6 comentarios:
Estimado Fernando:
Como nos tienes acostumbrados, un poema intenso, que nos lleva, con la imaginación, hasta esa línea de partida -y también de llegada- fruto del amor apasionado.
Hacía tiempo que no te dejaba un comentario, pero ya sabes que siempre aprecio tus letras y tu amistad.
Recibe un fuerte abrazo, y mis mejores deseos para ti y para los tuyos.
Emilio, amigo, poeta: Gracias por acordarte de mí. Un comentario de alguien como tú me fortalece enormemente. Me recuerda aquellos tiempos en que fuiste mi único comentariasta y me diste el valor necesario poara seguir publicando poemas. Un fuerte abrazo, amigo de siempre.
Querido amigo:
Fascinante. Bellísimo. Un gran poema que leo en este Viernes Santo.
Un abrazo
Gracias y feliz Sábado Santo. Un abrazo.
Un poema de esos que gusta leer, que gusta escuchar, que gusta inspirar y que...como le sucederá a usted, hace sentir orgullo a quien lo crea. Es precioso. Reciba mi cordial saludo. Perdón por mi tardanza, es que estoy muy escasa de tiempo.
Francisca: muchas gracias por tu comentario. El iempo es precioso y hay que aprovecharlo. Si no puedes comentar, no importa, sé que me lees y eso es muy importante para los que escribimos. Un cordial saludo.
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