martes, 30 de septiembre de 2014

Al faro de Irta.


El faro de Irta.


Sobre la espuma de las olas trazas
un camino de luz tan persistente,
una señal tan pura y permanente,
que la llegada de mi barco emplazas.

En la distancia siento que me abrazas
y no puedo explicar lo que se siente
al ver tu azul destello intermitente
rasar el mar y señalar las plazas.

Cuanta más niebla encubra mis derrotas,
desgajado el timón, mis velas rotas,
más brillará la luz que tú me envías,

blanca atalaya de los roquedales,
torre de salvación para mis males,
luz mediadora en mis peores días.


3 comentarios:

Antorelo dijo...

¡Cuánto me alegra tu regreso! bellísimo soneto del poemario "Poema de Alcocebre". Mucho disfruté con su lectura. Gracias, amigo.
Un abrazo

Fernando dijo...

Amigo Antonelo: no puedo dejar de publicar. Me he decidido transcribir unos cuantos sonetos y después escribiré lo que pienso será una de mis obras definitivas. Pido perdón por seguir escribiendo en este blog, pero mis amigos me animan a ello. Un fuerte abrazo.

Verónica Calvo dijo...

Tan necesarios los faros, querido Fernando... Nos señalan la vuelta a la orilla.

Inmenso soneto.
Este, de mis preferidos.

Abrazo