De vez en cuando recuerdo que soy de origen andaluz y me tiembla el alma cuando escucho cierta música de mi tierra. Hice algún poema sobre nuestra música andaluza y recuerdo la obra de Turina con este antiguo soneto que escribí mientras la escuchaba.
A Ráfaga, de Turina
El trémolo en la noche, la crecida
del sonido del sur en barlovento,
la guitarra, la brisa, el aire, el viento,
la ráfaga en su origen prometida,
el singular punteo y su medida,
la enorme intensidad del movimiento,
la pasión andaluza del momento
la danza de los quiebros sostenida.
De repente, fusión de rasgueados,
la carrera veloz de pulsaciones,
el virtuosismo lacerante en frío,
y siempre en los acordes ya pausados,
tras el duro temblor de los bordones,
el silencio andaluz, tan hondo y mío.
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8 comentarios:
Querido Fernando,tus sonetos
siempre tan armoniosos,son
perfectos.
Me encantan.
Abrazos.
Gracias, Marisa, Ya sabes que amo escribir sonetos. No voy a expolicar por qué, pues es evidente, Lo que ocurre es que escribir un soneto es como realizar una verdadera obra de arte. Ha de ser creativo y tiene metro, música, profundidad, es en definitiva una auténtica poesía, incomparable y única. Un saludo cordial.
Me encantan los sonetos, e intento aprender a hacerlo. Este me ha gustado mucho, pues rezuma sabia andaluza.
Querido Fernando, es siempre un placer leerte.Un abrazo.
Juan, amigo, gracias por tu comentario. Se nota que eres andaluz, como yo. Un fuerte abrazo.
Y yo que he vivido tantísimos años en Andalucía, digo que es así :)
Abrazos, querido Fernando
Ver´ñonica, así debe ser, porque yo me emociono siempre cuando leo mi soneto. Me llega muy hondo. Un saludo.
Gracias a Gustavo Figueroa he llegado a tu blog y me he quedado prendada de él. También comparto el amor a Almería, los sonetos y ahora a tu poesía. Un saludo.
Amiga Teresa: muchas gracias por tu comentario. Me anima mucho que leas mis poemas, es un premio a mi trabajo y sirve para difundir la poeasía entre nosotros. Gracias de nuevo. Un saludo cordial.
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