viernes, 29 de mayo de 2015

Soneto a un petirrojo.



A un petirrojo.

Acampas con tu pecho almidonado,
que por prieto y garboso pareciera
una roja chaquetilla torera
sobre mi plinto verde ajardinado.

Pareces un maestro apresurado
que en su salida al ruedo dirigiera
el paseíllo corto hasta la vera
de las migas de pan que he derramado.

El agua de la lluvia es ambrosía
que beberás de nuevo en primavera
para aliviar tu sed en el estiaje,

sintiendo la voz de mi poesía
luciendo una vez más en la pechera
colorín colorado, tu plumaje.




jueves, 28 de mayo de 2015

Soneto a Jorge Manrique.




La plaza en la que escribo me enamora,
busco refugio en ella y me aposento
en un banco, enfrente del parlamento,
recordando una vida seductora.
Habla el poeta durante una hora
esparciendo su profundo talento
palabras dispersadas por el viento
que son muy densa lluvia acogedora.
Cuando se va, mi plaza es más pequeña,
parece sumergida entre las casas
y no tiene ni pájaros ni flores,
porque ahora las luces son escasas
y hace frío en la calle madrileña
al marcharse el mejor de mis mentores.



miércoles, 20 de mayo de 2015

Apología de la accesión.




Apología de la accesión.

Inabordable rotura de esquemas
desde dentro del ser,
desbordamiento de convicciones
antes sólidas, ahora etéreas,
sumisamente aceptado,
hondamente asumido,
desde el hondo, abisal, loco anhelo
de vivir la nueva naturaleza del amor.

La realidad ha roto el paño de la cerradura,
y la accesión al amor incierto
abre el arcano de los años precisos,
derrama las nuevas sensaciones, rompiendo certezas,
y deifica al Ser Superior, ahora hallado,
suplicando la entrada a su reino en una entrega total.

Dejarse llevar, esa es la respuesta,
acceder sin defensas, con personal entrega,
inundarse del nuevo aroma con humildad,
aceptando sus tiempos y sus normas,
entregando la voluntad, la íntegra donación,
viviendo la disciplina y la amada obediencia
ante su poder absoluto.

Si a veces el nervio se yergue
y la noche oscura apaga la voluntad de acceder,
desbórdese la capacidad de entrega,
rómpanse los viejos esquemas
y predomine el desasimiento, la dulce entrega,
la aceptación de los tiempos y los márgenes
en ilimitada donación de mente y materia.

Ya no hay vuelo de pájaros, ni nubes negras,
ni tormentas de ruido y cercanía,
sólo la quietud del anonadamiento,
el silencio, el desmayo íntimo profundo
ante lo inmensamente superior,
en una quiebra total de los conceptos
otrora indestructibles y absolutos.



sábado, 9 de mayo de 2015

Mas no a ella.







Amigos: Hace un mes mi querida Peque, novia y esposa de mi vida sufrió una grave embolia pulmonar. Estando con ella en la UVI del hospital de Torrelodones recordé un soneto que escribí hace unos años cuando diagnosticaron que sufría una enfermedad  pulmonar crónica (epoc).

Hoy está en casa recuperándose.

Amigos, sé que esta noticia os llenará de alegría y por ello quiero compartirla con vosotros.

El soneto que escribí es el siguiente:

 
Mas no a ella

Casi no llega el aire a tu interior,
respiras con esfuerzo lentamente,
me miras, me sonríes dulcemente
mas tus ojos no ocultan su temblor.


Miedo a no respirar, miedo al dolor,
a la angustia, al vacío permanente,
al esfuerzo por no sentirte ausente
en la presencia libre de mi amor.


Y aquí estoy yo, sufriendo tu querella,
volviéndome de espaldas a mi vida
para afrontar contigo lo que sea.


Dios, si quieres que en tu existencia crea,
cumple con la palabra prometida,
hazme sufrir a mí, mas no a ella.