sábado, 31 de enero de 2015

Mis coplillas de Sierro.




Estas coplillas las escribí sobre una servilleta de papel en mi último viaje a Sierro, pueblo de mi padre y abuelos, para que las cantasen mi tío Pepe y sus amigotes en el cortijo del Jarro, donde se reunían todos los años una semana para comer, beber y cantar.

Yo te llevaré al Rocío
sobre mi jaca ligera.
Yo te llevaré al Rocío
por sentir la primavera
pegaíta al cuerpo mío
sobre mi jaca ligera.

Si yo tuviera dinero
en la tierra de Almería
si yo tuviera dinero
un cortijo compraría
cerca del pueblo de Sierro
en la tierra de Almería.

La noche se quedó muerta
en tus ojitos serranos
la noche se quedó muerta
y se prendió entre tus manos
la fragancia de la huerta
y el olor de los manzanos.

Cortijera, cortijera
¡ Ay qué penita me ha dao!
cortijera, cortijera,
verte pasar a mi lao
y no mirarme siquiera,

¡Las cumbres de las montañas
en lo alto del cortijo,
las cumbres de las montañas
quieren saludar al hijo
que llevas en tus entrañas,
en lo alto del cortijo.

jueves, 29 de enero de 2015

Camille.



Camille.

La brisa se llevó el color negro
y diluyó el blanco con los demás colores
para lograr la sutil, incorpórea visión de tu mujer
en una colina mágica de ensueños y de flores.
Pero ¿es posible pintar sólo con el alma,
sin pinceles ni óleos, sólo con la brisa del mar?
Camille enlaza la brisa, la luz y el movimiento,
mirándote desde su volátil y etérea lejanía.
La luz, la luz, el prodigio de tu pintura,
la forma subordinada, la elusión de las masas,
la espontaneidad al aire libre,la invasión del color
bajo tu luz.

Al cuadro “Camille y su hijo”
Del pintor Oscar Claude Monet.

Tú.





No quiero que el viento
se lleve tu aroma de mujer,
mientras yo miro a tus ojos
y acaricio tu pelo,
tú, tan cerca y tan lejana.

miércoles, 28 de enero de 2015

A un joven poeta expatriado.




Vida de un poeta joven.


Caminar, seguir adelante,
intentando abrir la puerta de su  futuro
desde dentro,
viviendo el silencio de las madrugadas,
pensando en la patria,
tomando fuerzas para
superar el día que se acerca,
un día más de distancia, de desconsuelo,
de avance, por el camino que no tiene más objetivo
que el de sobrevivir,
lejos de su tierra, de su gente,
respirando un aire nuevo,
que reemplaza el aroma del campo en que vivía,
soñando con las calles de su pueblo
ahora cerradas para él,
tan lejos y tan cerca en esta madrugada,
dueña del silencio.
Si escribiendo recomienza su vida,
el joven poeta puede agotar su tiempo,
edificar sus versos,
medir los tiempos de su existencia
sobre una hoja de papel blanco
y soñar, soñar.

viernes, 16 de enero de 2015

La mesa vacía.





La mesa vacía.

¿Por qué estás tan callado, es que no puedes vernos,
no ves que ya no hay platos en la mesa vacía,
que no se ven los niños, que ya no hay alegría,
y que nuestros silencios nos parecen eternos?.

¿Dónde estás escondido que el gallo ya no canta,
el gato no se lame, el lagarto se esconde
porque el sol no aparece y no se sabe donde
arrullan las palomas, y el reloj no adelanta?.

Qué blanca era la aurora, y qué verde la hiedra,
y qué fuerte la lluvia sobre el campo caía,
pero ahora ya no hay platos en la mesa vacía
y ni siquiera el musgo puede cubrir la piedra.

Ya no quiero usar yeso para unir las junturas,
ni repintar la casa, ni cuidar la fachada,
porque tú has conseguido que en mi nueva alborada
ya no existan colores  que salven mis pinturas.

Tanta ha sido la quiebra de mis planes de vida
que la culebra escupe su veneno en mi palma
y el amor ya no existe, que se me rompe el alma
y a torrentes la sangre se escapa de mi herida.



martes, 6 de enero de 2015

Amar, vivir, conocer, sentir, pensar.




Nuestro amor incierto en modo infinitivo
(Amar, vivir, conocer, sentir, pensar)

Haber amado, eso es lo importante;
desde la hondura de nuestro ser
nos hemos amado sin límites,
olvidando normas y fronteras,
viviendo el delirio soñado,
unidos en un acto de profundo amor,
un éxtasis
que nos ha hecho conocer nuestra plena felicidad
nunca antes alcanzada
y ahora evanescente.

Haber vivido nuestro amor,
avivar nuestros sentidos,
descubrirnos,
ofrecernos la emoción de conocernos
pero amarnos siempre en modo infinitivo
con el riesgo
de olvidar, cambiar, desertar,
y no encontrarnos más en nuestro futuro.

Haber conocido el amor plenario
y saber que podemos perderlo;
sentir la inquietud
de incumplir las promesas
y traicionar la  esperanza
en el crepúsculo de nuestro pensamiento
cuando creemos que todo está preterido
y ya nada puede renacer en nuestra alma.

Haber sentido
la abrasión de nuestra piel
en la efusión de nuestras caricias;
comprometernos,
querernos con pasión
solo pensando en el otro para olvidar lo subjetivo
y darnos con calor el abrazo
de nuestros deseos compartidos y diluidos
en este amor incierto revelado.

No haber pensado
en el fin de nuestro encuentro,
creer que nuestro amor era infinito,
desconocer los tiempos y las fuerzas
y encontrarnos con el final,
nunca previsto,
de este nuestro ahora evanescente
y cada vez más deseado
amor incierto.