martes, 4 de diciembre de 2012

Sentados en un banco.



Sentados en un banco del paseo
dejamos que cayese la lluvia de otoño,
sintiendo sus gotas
deslizarse lentamente sobre nosotros,
arrastrando fluidos y aromas
en un ambiente de vahos y humedades.

Deseé que no volviera a salir el sol,
que sólo brillara la luz de tus ojos
y que tu aroma no se perdiera en la brisa,
convirtiéndose en gotas de perfume
que impregnasen mi piel.

Tú, la deseada,
la reflejada en el iris de mis ojos,
bella bajo la lluvia,
transmitiendo amor,
despertando ensoñaciones sobre un banco
que quizás otros,
quizás también nosotros.
habíamos imaginado.

Las hojas de los árboles descendían
a intervalos, brillantes, doradas,
y el suelo se escondía bajo el lento,
arrítmico vaivén de las hojas caídas.

Un sentimiento de ternura,
de cálido entendimiento,
se apoderó de nosotros
al contemplarnos en el silencio
del atardecer de nuestras vidas,
en el otoño de nuestro trayecto vital.

Vi de nuevo tu imagen
reflejada en el iris de mis ojos,
esta vez borrosa,
quizás por las gotas de la llovizna,
y te apreté firmemente en un abrazo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

EXORDIO



EXORDIO


(Introducción peronal a mi nuevo libro "Densidades"




A veces el silencio deja pasar a la palabra

cuando la luz del día se extingue

y estoy solo en mi mesa,

leyendo, meditando, escribiendo.

¿Por qué me dieron los dioses la palabra,

qué sentido tiene utilizarla

si no es para comunicarme con los demás

y recibir de ellos la sustancia de la vida?

Abro los libros y viene la palabra,

siempre distinta, creativa,

y me envuelve su densidad,

me acaricia su cercanía,

cuando puede que su origen

venga de un tiempo muy lejano.

Escritores, científicos, poetas,

me otorgan su palabra y yo,

mientras llega la noche,

la acepto, la asumo, y mi espíritu

renace ante su presencia.

Amo la palabra.

Creo firmemente que estoy recibiendo

desde la profundidad de los tiempos

y la cercanía de las cosas

la tarea de comunicar a los demás

las ideas e intuiciones que recibo

a través del prodigio de la palabra poética.    

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Muerte en el hospital


Una lágrima enturbia
el iris de mis ojos,
un olor de anestesia  me envuelve
mientras avanzo
entre camillas aparcadas
y convalecientes que deambulan
cosidos a tubos de plástico;
sangre,
orines,
zapatillas de fieltro,
batas verdes
que cruzan fugaces.

Sigo caminando
por pasillos asépticos,
entre rosas rojas,
y llego a un número cierto,
ya identificado.

Abro una puerta imaginada;
te miro
a través del iris turbio por las lágrimas
y te grabo para siempre
en mi memoria
hasta nuestro reencuentro.

viernes, 23 de noviembre de 2012

A una muñeca.




Es una muñequita de ojos azules y cabellos dorados,

una corza blanca que brinca sobre la nieve,

un hada que tiene una varita mágica.

Cuando me golpea con su varita

el ratón se convierte en caballo

y la calabaza en un coupé.

Es y no es, está y no está;

cuando suena el reloj, ding-dong, se desvanece

y sólo queda de ella

un aroma de rosas y alhelíes.

Sus pies son de charol y sus labios de terciopelo,

habla con los ojos y dice sí-no-sí-no,

y cuando se mueve suena un frú-frú

de faldas y enaguas.

Es una porcelana blanca con dibujos dorados,

una gaviota que sobrevuela el mar.

Cuando se convierte en ola marina

rompe el acantilado,

lo convierte en arena y lo mete en un reloj.

Cuando se acaba la arena se desvanece en un tris-tras,

quedando sólo de ella

un aroma de algas y profundidades marinas.

Es un hada mágica, de nácar transparente,

que se ha metido dentro de mi corazón

y me golpea con su varita mágica

acelerando sus latidos, tic-tac-tic-tac

las 24 horas de mi largo día.


viernes, 16 de noviembre de 2012

Carmencita jugando




Tu azotea es un lugar de ensueños,
de silencios, de soledades,
donde se extiende
la delicia de una niña en cuclillas
jugando con maternales enseres.

No hay nada más allá de la baranda,
el mundo se ha conformado aquí
y es donde vives, amas, juegas,
con la intensidad de una realidad distinta,
con la emoción de un mundo nuevo.

Te miro rodeada de nubes
que sobre ti envidian tu azotea
porque está llena de vida
y de ternura; te imagino,
Carmencita querida,
recibiendo a los ángeles
que bajan por una escalera de colores
a jugar con tus cosas
y a compartir tu soledad de niña.


Al cuadro del pintor Antonio López ”Carmencita jugando

martes, 13 de noviembre de 2012

Tú y yo





Tú y yo hemos encontrado juntos
una abertura
entre montañas de dogmas y recelos.

Hemos recibido la claridad
de los momentos únicos y emotivos
de nuestro amor incierto,
soslayando amenazas míticas,
sintiéndonos
sobrecogidos y temerosos
por gozar la limpia fusión
de nuestras almas y nuestros cuerpos.

Tú y yo.

Lo demás no importa.

Vuelan los pájaros sobre los bosques y montañas,
destellan los charcos,
abre el viento caminos entre las nubes altas,
enciende el sol la tierra,
zumba la moscarda,
doblan las campanas,
silban las culebras,
y se ciernen sobre nosotros las alegorías,
las leyendas bíblicas,
los límites,
los mantras,
mientras nosotros estamos viviendo
nuestro espacio de libertad,
aprendices de la lucha en esta guerra
creada por nuestro entrañable y valeroso amor.

¿Te das cuenta
que nos amamos,
que solo existimos nosotros
fusionados por el amor esencial
gracias al cual
yo estoy en ti y tú en mí?

¿Verdad que nuestra vida es ahora maravillosa,
que nuestra entrega es especial,
que ha valido la pena nuestra mutua atracción?

El amor que estamos viviendo,
nacido desde la hondura,
es ahora plenamente aceptado por la brisa,
los pájaros,
las nubes,
los charcos plateados
y las campanas que suenan
movidas por el viento de nuestra pasión,
inédita,
que nos hace respirar un aire nuevo
lejos de las oscuras profundidades
en que se ocultaba.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Juan Ramón, Miguel, Antonio






Juan Ramón, Miguel, Antonio,

esperadme

mi intolerable retraso

perdonadme

si me obsesionan mis versos

relajadme

si me obsesionan los vuestros

recordadme

si arribo antes de tiempo

situadme

cerca de vuestras esencias

elevadme

si ha fallado mi sustancia

inspiradme

y si caigo en la tristeza

consoladme

cuando yo esté preparado

llevadme

si cometo alguna falta

rechazadme

antes de iniciar el viaje

avisadme

y si llego hasta vosotros

preparadme

porque yo os debo mi verso

recordadme

porque me siento muy solo

acompañadme

y en vuestro insondable espíritu

habitadme.

sábado, 3 de noviembre de 2012

La palabra.



A veces el silencio deja pasar a la palabra,

cuando la luz del día se extingue

y estoy solo en mi mesa,

leyendo, meditando, escribiendo.


¿Por qué me dieron los dioses la palabra,

qué sentido tiene utilizarla

si no es para comunicarme con los demás

y recibir de ellos la sustancia de la vida?


Abro los libros y viene la palabra,

siempre distinta, creativa,

y me envuelve su densidad,

me acaricia su cercanía,

cuando puede que su origen

venga de un tiempo muy lejano.


Escritores, científicos, poetas,

me otorgan su palabra, y yo,

mientras llega la noche,

la acepto, la asumo, y mi espíritu

renace ante su presencia.


Amo la palabra y en ella me adentro

buscando símiles, significados

y creo firmemente que estoy recibiendo

desde la profundidad de los tiempos

o la cercanía de las cosas

la tarea de comunicar a los demás

esas ideas, esas intuiciones que recibo

a través del prodigio de la palabra poética.


jueves, 25 de octubre de 2012

Cuando pienso que existes




Cuando pienso que existes
y estás a mi lado,
sólo el permanecer importa,
estar en silencio
pensarte
adivinar tu mirada,
delinear tus márgenes,
abrazar tus pensamientos,
saber que vives conmigo
y en mí.

No existe ya el tiempo de la incertidumbre,
sólo de la verdad
y el asombro.
Cuando me miras y sonríes
en tus manos recibes mi alma
fascinada por esta permanencia,
y se vuelven tan cercanas tus cosas,
se condensan tanto mis sueños,
que las lágrimas
tienden a evadirse de mis ojos.

No tengo valor para dejar de mirarte,
te necesito tanto,
me desconciertas tanto,
que yo tampoco de ti podría evadirme,
porque tus ojos son mis ojos
y tu encanto mi encanto.

Si te hablo de amor
es de mi entrega,
de mi permanencia en ti,
y es en tu esencia
donde quiero encontrarme
unidos con un vínculo eterno,
inalterable,
por la suavidad de tus manos
y  la ternura de tu mirada.





´

















jueves, 18 de octubre de 2012

NICOLÁS


Amigas, amigos: este es mi nieto Nicolás, enviado por los dioses para enloquecerme y ayudarme a superar las penas de esta vida..

Es mi nieto número 10, como son mis " Diez poemas sobre el amor incierto"

Un saludo poético.

domingo, 14 de octubre de 2012

Una pausa.


Una pausa, una breve pausa. Fernando cree que su poesía no llega a nadie, que no es una poesía actual y, por tanto, no interesa. El problema de sus poemas es que no insultan, no maldicen, no reivindican, enredados en metáforas poéticas. Algunas almas caritativas los leen y con sus comentarios, me animan a seguir.¿ A seguir hacia donde? Nunca he pretendido nada (¿necesitaré una corrección de estilo?) y nunca he querido ofender a los que piensan de una manera diferente a la mía. Nunca he pretendido pasar por un "leader". Por tanto, creo que es prudente hacer como alguna vez hizo Emilio Gómez: retirarme a mis cuarteles de invierno. Guardo, eso sí, con cierta añoranza el aroma de algunos poemas de verdaderos poetas,. Alguno, por ejemplo, de Soledad Sánchez, Fernando Varela, Juanjo Domínguez. de "El tendedero"...
Aquí me tenéis, amigos, yo seguiré con mis lecturas, mis momentos de silencio, mi ilimitada comprensión a los que pretenden ser poetas sin serlo y rezo (Sí, rezo ¡qué escándalo!) para que tengan suerte, al mismo tiempo que medito sobre el daño que producen y sus siempre indeseadas consecuencias.

jueves, 11 de octubre de 2012

Diez poemas sobre el amor incierto IV


IV

La explosión de las tendencias


Cuando me despierto
en la penumbra
y acierto a distinguir las líneas de su cuerpo,
luminiscente, terso,
y miro dócilmente la armonía de su diseño
nacido de la luz,
antes imaginado,
ansío
activar nuestros instantes
en una desmesurada invasión de nuestro tiempo.

Existen razones
que me unen a su grandeza
desde mi frágil equilibrio:
la generosidad nacida de un ser superior
y la adhesión sin condiciones de mi amor incierto,
extraído de la hondura de mis edades
y desde siempre escrito
en el tejuelo de mi libro vital.

La marea se convirtió en una tormenta,
las olas rompieron la estructura del puente
anegando las razones y los principios,
produciéndose la explosión de los sentidos
en una amalgama de amor y de pasión
que el timón no pudo superar.

¿Por qué resistir la fuerza de las olas?

La invasión de las nuevas ideas nos renace,
crea una nueva manera de amar,
sustituye las antiguas sensibilidades
por una explosión de los sentidos
que nos lleva, finalmente,
a los pies del ser superior
en un desmayo de querencias y voluntades.

Ya no hay penumbra.
Brilla la entrega nunca imaginada,
la percepción de la derrota de la angustia
y la victoria de la realidad,
esplendorosa y vital,
íntima y personal,
en la búsqueda de un nuevo viaje
hacia la conquista del amor incierto.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Ansia de ser


Ansia de ser

No tener,
no haber sido
arropado en cunas que no existieron
dentro de mí,
y llegar a ser
saliendo de la nada
que no es.

Solo existo
dibujado en mi fantasía,
mecido en la evanescencia
de ángeles,
arcángeles
dioses caídos
y renacidos
que no son.

No tener
ni ser
ni soñar,
perdido,
angustiado,
difuminado,
reflejado en la nada
que no es.

La oscuridad,
---negro rejón de muerte---
sobre mis ojos ciegos,
sin poder ver la luz
que acune la vida
de mi ser.

El ser y la nada,
entreverados en el sueño vital
de mi búsqueda,
sin orgasmos,
cunas, ángeles
o monstruos,
sin generar realidades o ensueños
porque nada nace
ni es.

Quizás un rayo cósmico
escapado de una masa vacía,
de esa nada soñada,
pueda crear
en mí
la sensación de
nacer y vivir
para, como entelequia,
ser.

viernes, 5 de octubre de 2012

Diez poemas sobre el amor incierto III



III
La dispersión de los sentidos

Sobre mi piel
dibujada por los años,
estremecida al fin por la hondura
del amor incierto,
rotos los esquemas precisos,
olvidados el temor y los recelos,
se desbordan los sentidos
en una tormenta de ternuras y afectos.

Todo es dependencia,
mutuo enlace,
pasión,
emergencia desde la profundidad
para reclamar la verdadera condición,
sentir el pulso,
vivir la nueva realidad,
aceptar el sometimiento del espíritu
con la docilidad implícita del viejo navegante
que, envuelto por la nueva marea de los sentidos,
se ve impulsado por la esperanza
hacia este hallado
y deseado nuevo amor.

La efusión de los sentidos nubla mi mente,
incapaz ahora de establecer las defensas,
precisar las respuestas,
doblegar el ímpetu
abierto nada más al nuevo y hondo valor
de estas sensaciones.

Quebrada la resistencia,
abierto el conceder,
solo queda la entrega absoluta
en un torbellino de anhelos incontenibles
que me conducen a la plena aceptación
desde la humildad de mis nuevos esquemas;
a la superación del desaliento,
convocando mi último esfuerzo,
para insertarme en el amor incierto.


lunes, 1 de octubre de 2012

Diez poemas sobre el amor incierto II


II




Apología de la accesión



Cisura de convicciones,
antes sólidas;
inabordable rotura de esquemas
desde dentro del ser,
sumisamente aceptada,
hondamente asumida
desde el loco anhelo
de vivir
la nueva naturaleza del amor.

La realidad ha roto el paño de la cerradura,
y la accesión al amor incierto
abre el arcano de los años precisos;
derrama las nuevas sensaciones
rompiendo certezas
y deifica al Ser Superior,
ahora hallado,
suplicando la entrada a su reino
en una entrega total.

Dejarse llevar:
esa es la respuesta.
Acceder sin defensas
con personal entrega;
inundarse
del nuevo aroma con humildad;
aceptar sus tiempos y sus normas
entregando la voluntad,
la íntegra donación,
viviendo la disciplina y la amada obediencia
ante su poder absoluto.

Si a veces el nervio se yergue
y la noche oscura apaga la voluntad de acceder,
desbórdese
la capacidad de entrega,
rómpanse los viejos esquemas
y predomine el desasimiento,
la dulce entrega,
la aceptación de los tiempos y los márgenes
en ilimitada donación de mente y materia.

Ya no hay vuelo de pájaros, ni nubes negras,
ni tormentas de ruido y cercanías;
solo la quietud del anonadamiento
y el silencio.
El desmayo íntimo,
profundo
ante lo inmensamente superior,
en una quiebra total de los conceptos
que antes eran indestructibles y absolutos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Diez poemas sobre el amor incierto

                                                                       
               

  I                                                          

Honduras del amor incierto


De repente,
un temblor abisal agita la esencia de los amores ciertos
y surge
a través de las grietas que separan, irregulares,
las piezas del ser
en un desgarro de actitudes y vanidades.

Es la hondura del amor incierto,
que nace del calor interior de los sentidos,
que identifica los signos
y recupera la identidad del hombre
con el hombre.

La emoción del encuentro
es una danza alegre,
inicialmente sincopada
de nuevas realidades abiertas,
virtud exacta del delirio,
invasión de aromas nuevos,
pulsación de una vida renacida.

Las puertas se abren en silencio
y el interior
descubre identidades,
quiebra los misterios,
recupera la luz,
normaliza vivencias y criterios,
y recibe la paz oculta,
ahora deslumbrante por su lógica naturaleza.

La expresión del nuevo amor,
al percibirse con toda claridad,
desdibuja la línea roja,
abriendo fisuras de increíble placer
- apenas soñado -
desde la hondura del amor incierto.

Ahora no hay distancias,
hay libertad de expresión ilimitada,
honestidad con uno mismo
y un cálido desbordamiento de pasiones
a través de las grietas producidas
por aquel profundo temblor
en la esencia de nuestros amores ciertos.


martes, 18 de septiembre de 2012

Mi nacimiento.





Era una noche clara, luz de luna creciente,

el Guadarrama hacía las veces de frontera

de los primeros rayos del sol de primavera

y el canto de los mirlos se anunciaba inminente.



Y yo nací, supongo que de una forma mágica,

fruto de un artificio que nunca fue aclarado,

desnudo, vacilante, y muy desconsolado

bajo una luz hiriente de lámpara trifásica.



No recuerdo detalles, yo soy desmemoriado,

pero, según contaron los que pudieron verme,

mi tórax era fuerte, costaba sostenerme,

era largo de piernas y bastante delgado.



Nunca sabré la razón del llanto de mi gente

al ver un nuevo intruso en medio de su vida,

fueron quizás sus gotas licor de bienvenida

o el agua bautismal para el nuevo ser naciente.



Los mirlos entonaron un canto melodioso,

la luz de la alborada entró por las ventanas,

mis ojos se durmieron al bajar las persianas

y caí fulminado por sueño comatoso.



martes, 4 de septiembre de 2012

Bucólica.






El remanso de un río permite que se reflejen

las hojas de los chopos lindantes,

¿No es hermosa la quietud de las aguas,

sólidas, estancas, profundas?

Apenas un ligero temblor en su superficie

al rozar la brisa la limpidez de su espejo,

un rumor de hojas trémulas,

quizás el canto de un mirlo,

o algún convulso movimiento

en la profundidad del remanso

orquestan la sinfonía de las aguas claras,

de la vida quieta e inalterable.

¿Verdad, amor, que aquí nos sentimos una vez

unidos en nuestras esencias,

aliados ante la densidad de los chopos,

inmersos en el sosiego del momento?

No me avergüenza escribir

un poema romántico, idealizar bucólicamente

nuestro instantes de entrega,

recordar aquellos momentos felices

de nuestra soledad de enamorados.

A veces me desconcierta ser siempre

lo que se tiene que ser,

olvidando acaso que la felicidad

consiste en elegir, en escoger,

al margen de los compromisos

de la sociedad que nos domina.

Este silencio verde de los chopos,

reflejado en las limpias aguas del remanso,

ese acorde musical de los mirlos,

el olor húmedo de la brisa,

y la caricia del agua en la ribera,

todo tan cercano y evidente,

es un regalo de aquellos dioses

que tan lejanos suelen estar

de nuestros pensamientos.

Recuerdo intensamente tu cabello al aire,

los efluvios de tu cuerpo

la suavidad de tus manos,

la delicia de tu voz

y tu evanescente mirada alejándose

hacia las altas ramas de los árboles

mientras mis ojos perdidos

recorrían tus márgenes,

inmersos en la belleza del encuentro.

Puedo sentirme anonadado

al recordar aquellos bucólicos momentos,

y desearía cantar como un juglar occitano

las esencias de mi dama,

el perfil bucólico de nuestro momento,

pleno de romanticismo y de libertad.

Regresaré a ese instante de nuestro amor

siempre que mi ánimo desfallezca

y, si los dioses lo permiten,

allí acamparé entre la yerba

y los chopos frondosos,

recordando tu imagen

cerca de las riberas del remanso.

sábado, 4 de agosto de 2012

Amanecer de enamorados.





Cuando al amanecer busco a mi lado
la emoción de encontrarte
y hallarme con tu cuerpo deseado
y tropiezo tu mano, aún dormida,
la ilusión de buscarte
y de hallarte de nuevo renacida
quiero volver a verte, enamorada,
con tu vestido blanco
y de flores de acacia coronada
porque casarte quiero, novia mía,
y renovar mi amor
con otro amor creciente cada día.

La luz del alba rompe en la persiana
y se anuncia inminente,
con un canto de mirlos, la mañana.
Yo acaricio tu pelo y voy besando
tus ojos y tus manos
recorriendo tu cuerpo, caminando
tu piel en caricias caprichosas;
mientras, tú te despiertas,
descubres el contorno de las cosas
y me ofreces enamoradamente tu hermosura,
mirándome a los ojos,
en una entrega plena de ternura.

¿Eres mujer o niña, o palpitante
pájaro que se estremece
con la caricia viva de tu amante?.
Niña o mujer, paloma prisionera,
en este amor primero
de la mañana cierta yo quisiera
retener tu presencia así sentida
y fundirme en tu cuerpo
paralizando el curso de mi vida.


martes, 3 de julio de 2012

El jardín de Giverny


                                             El jardín de Giverny.

Desde la penumbra de mi estudio de verano
medito contemplando el jardín de mis ninfeas,
derramados los colores sobre el agua plácida
de sus regatos, magia de la naturaleza,
en la soledad de la flébil atardecida.

Dime, Camila, ¿ por qué me dejaste tan temprano
sin llegar a conocer mi jardín de ninfeas,
donde los colores se recuestan sobre el agua,
deslizándose, apoyándose sobre sus hojas,
navegando en un mar de ensueños y de caricias,
bajo un denso silencio de viejas soledades?

Dime, Alicia; ¿no crees que bajo las hojas
existen espacios abismales incoloros,
donde se esconden trasgos y duendes submarinos,
y permanecen los recuerdos tristes y lejanos?
Desde el estudio de techos altos y sombríos
recreo el espacio del trabajo silencioso,
el análisis de la telas y los colores,
y veo como en sueños al jardín anhelado,
a través de la rojez de mis ojos cansados.

¿Verdad, Blanca, que mis lienzos son hoy más hermosos,
que la luz ha renacido sobre mis jardines,
que los días son más largos y las noches cortas
para  poder admirar los colores pintados,
los verdes y amarillos en los pétalos blancos,
los azules cárdenos en mis flores amadas,
y escuchar el paso del agua por los regatos
hasta su remanso  lento y final  en el estanque?

(Amor eterno de Claude Monet a sus mujeres)



sábado, 30 de junio de 2012

Coplillas en mi pueblo - Sierro - Almería




Estas coplillas las escribí sobre una servilleta de papel en mi último viaje a Sierro, pueblo de mi padre y abuelos, para que las cantasen mi tío Pepe y sus amigotes en el cortijo del Jarro, donde se reunían todos los años una semana para comer, beber y cantar.

***

Yo te llevaré al Rocío
sobre mi jaca ligera.
Yo te llevaré al Rocío
por sentir la primavera
pegaíta al cuerpo mío
sobre mi jaca ligera.

***

Si yo tuviera dinero
en la tierra de Almería
si yo tuviera dinero
un cortijo compraría
cerca del pueblo de Sierro
en la tierra de Almería.

***

La noche se quedó muerta
en tus ojitos serranos
la noche se quedó muerta
y se prendió entre tus manos
la fragancia de la huerta
y el olor de los manzanos.

***
Cortijera, cortijera
¡ Ay qué penita me ha dao!
cortijera, cortijera,
verte pasar a mi lao
y no mirarme siquiera,
¡Ay qué penita me ha dao!


***

Ls cumbres de las montañas
en lo alto del cortijo
las cumbres de las montañas
quieren saludar al hijo
que llevas en tus entrañas
en lo alto del cortijo.

viernes, 29 de junio de 2012

Otra coplilla del Jarro.


Otra coplilla del Jarro.









Como raíles del tren
van tu corazón y el mío
siempre a la vera del otro
to seguío, to seguío,
como raíles del tren
van tu corazón y el mío.



                                 



martes, 26 de junio de 2012

A una mujer en la playa.


Mujer en la playa - Jorge del Nozal.





Es una muñequita de ojos azules y cabellos dorados,

una corza blanca que brinca sobre la nieve,

un hada que tiene una varita mágica.


Cuando me golpea con su varita
el ratón se convierte en caballo
y la calabaza en un coupé.

Es y no es, está y no está;
cuando suena el reloj, ding-dong, se desvanece
y sólo queda de ella
un aroma de rosas y alhelíes.

Sus pies son de charol y sus labios de terciopelo,
habla con los ojos y dice sí-no-sí-no,
y cuando se mueve suena un frú-frú
de faldas y enaguas.

Es una porcelana blanca con dibujos dorados,
una gaviota que sobrevuela el mar.
Cuando se convierte en ola marina
rompe el acantilado,
lo convierte en arena y lo mete en un reloj.

Cuando se acaba la arena se desvanece en un tris-tras,
quedando sólo de ella
un aroma de algas y profundidades marinas.

Es un hada mágica, de nácar transparente,
que se ha metido dentro de mi corazón
y me golpea con su varita mágica
acelerando sus latidos, tic-tac-tic-tac
las 24 horas de mi largo día. 


sábado, 23 de junio de 2012

El templo de Kamakura.

Buda de Kamakura



La oración de los santos, la espada del guerrero,
la penumbra del bosque, el canto del jilguero,
la madera labrada que rezuma humedad,
los dragones pintados que no tienen edad,

la Puerta de los Templos, lavatorios enanos
donde los peregrinos purifican sus manos,
el verde de los cobres, la piedra blanca y muda,
la imagen esculpida de la madre del Buda,

la Sala del Estudio, el andar presuroso
de los monjes descalzos, el jacinto oloroso,
los torrentes de lluvia por canales de piedra,
los puentes de madera recubiertos de hiedra,

la Sala de los Rezos, el silencio acordado,
las tablillas de votos en el templo dorado,
la puerta corredera, el balcón sin cerrar,
el olor a salitre de la brisa del mar,
el cementerio humilde, sin lápidas ni cruces,
el lejano y confuso parpadeo de luces
que en la distancia anuncian la noche que se acerca,
las carpas de colores que nadan en la alberca,
mujeres japonesas, bellas y silenciosas
que bajan hacia el valle por senderos de losas
conservando en el fondo de sus ojos rasgados
la imagen misteriosa de los templos sagrados;
mientras, la noche llega y extiende su negrura
sobre el paisaje verde y el mar de Kamakura. 



Pareado que dedico a mi amigo y poeta Jaunjo Almeda, como le prometí en su intervención en Libertad 8 el pasado día 22 de junio de 2012.

jueves, 21 de junio de 2012

La rambleta del Seguet


La rambleta del Seguet.

 

Eres como una llaga antigua
sobre la piel de la plana,
¿ vena, surco, cicatriz ?,
que recoge las lágrimas del cielo
en su regazo humilde
y sorteando naranjos y sembrados
las lleva hacia el mar.

Quisiera ser como tú,
rambla pequeña,
remanso de tormentas,
cauce de lágrimas,
sosiego de riadas

y recorrer mi camino,
con la sencillez de tu ejemplo
hasta mi mar. 

jueves, 14 de junio de 2012

El Guadarrama.

                                                              
 El Guadarrama.



Si tengo ocasión,
enterraré aquí
mi corazón
y lo repartiré
para que se disuelva
en pedazos,
unos en mi tierra,
otros en mi historia,
el resto
diseminados
en la vida
de los demás.

sábado, 9 de junio de 2012

La palabra.




La palabra.
  

A veces el silencio deja pasar a la palabra,
cuando la luz del día se extingue
y estoy solo en mi mesa,
leyendo, meditando, escribiendo.

¿Por qué me dieron los dioses la palabra,
 qué sentido tiene utilizarla
si no es para comunicarme con los demás
y recibir de ellos la sustancia de la vida?

Abro los libros y viene la palabra,
siempre distinta, creativa,
y me envuelve su densidad,
me acaricia su cercanía,
cuando puede que su origen
venga de un tiempo muy lejano.

Escritores, científicos, poetas,
me otorgan su palabra, y yo,
mientras llega la noche,
la acepto, la asumo, y mi espíritu
renace ante su presencia.

Amo  la palabra y en ella me adentro
buscando símiles, significados
y creo firmemente que estoy recibiendo
desde la profundidad de los tiempos
o la cercanía de las cosas
la tarea de comunicar a los demás
esas ideas, esas intuiciones que recibo
a través del prodigio de la palabra poética. 



miércoles, 6 de junio de 2012

Confesiones.

                                                     Madonna Pazzi Donatelo

Confesiones.


Amo la poesía y lo proclamo,
no con voz solemne o pretenciosa,
sino a través de la armonía de mi vida,
de mi trabajo callado y laborioso,
en el silencio de mi lectura nocturna,
estudiando las raíces hispanas
de los maestros que nos precedieron
en la palabra poética española.


Amo todas las poesías y canciones,
y paladeo sus letras,
las siento en mis entrañas,
en lo profundo de mi ser,
y sólo de vez en cuando leo en voz alta las mías,
soñando quizás en alguna brisa inesperada y generosa
que las difunda por los sotos y alcores,
por los caminos literarios y los cónclaves cerrados,
por las tertulias literarias
y alcance a esparcir la intuición y el trabajo
de un amante de la poesía.


En mis poemas no existe el limite del tiempo, no hay fronteras,
consonantes o asonantes, idiomáticas o políticas,
sólo el intento de una fuga de la mediocridad,
y una defensa de la libertad y las esencias humanas,
una asunción de la realidad y un encuentro con la verdad,
una firme voluntad de crear y un deseo de permanecer,
una desesperada búsqueda de la razón,
y un inagotable esfuerzo de amar,
que se confunden en el magma inexorable del tiempo.

jueves, 24 de mayo de 2012

Nuevo nacimiento.

Nuevo nacimiento - Georges de la Tour.



Amigos, compañeros: os informo, con toda alegría, que mi hija María Assunta ha tenido un hijo guapo y sano, que se llamará Nicolás. Todo nuevo nacimiento es un milagro de la naturaleza y debemos compartirlo con todos los seres humanos. En un antiguo poema escribí estos versos, aplicables ahora a mi querido nieto Nicolás:

Quiero saber el color que tendrán tus ojos,
contar tus dedos, acariciar tu cara,
besar cada milímetro de tu cuerpo
y sentirte entre mis brazos,
transmitiéndome tu aroma y tu calor,
para sentir tu vida y darme cuenta
de que nuestro amor será para siempre
la razón más importante de mi existencia.

jueves, 17 de mayo de 2012

Diez poemas sobre el amor incierto.


                  I


Honduras del amor incierto.

De repente, un temblor abisal
agita la esencia de los amores ciertos
y surge a través de las grietas
que separan, irregulares, las piezas del ser,
en un desgarro de actitudes y vanidades.

Es la hondura del amor incierto, que nace
del calor interior de los sentidos, identifica los signos,
y recupera la identidad del hombre con el hombre.

La emoción del encuentro es una danza alegre
inicialmente sincopada
de nuevas realidades abiertas,
virtud exacta del delirio,
invasión de aromas nuevos,
pulsación de una vida renacida.

Las puertas se abren en silencio
y el interior descubre identidades,
quiebra los misterios, recupera la luz,
normaliza vivencias y criterios,
y recibe la paz oculta, cegada por los dogmas,
ahora deslumbrante por su lógica naturaleza.

La expresión del nuevo amor,
al percibirse con toda claridad,
ha roto las fronteras sociales
desdibujando las dogmáticas líneas rojas,
abriendo fisuras de increíble placer
nunca sospechado, siempre intuido y soñado
desde la hondura del amor incierto.

Ahora no hay distancias, hay cercanías,
libertad personal de expresión ilimitada,
honestidad con uno mismo y respeto,
en un cálido y profundo transvase de esencias,
de la naturaleza rescatada y otrora
abisal temblor de nuestra esencia.


                    II


Apología de la accesión.

Inabordable rotura de esquemas
desde dentro del ser,
desbordamiento de convicciones
antes sólidas, ahora etéreas,
sumisamente aceptado,
hondamente asumido,
desde el hondo, abisal, loco anhelo
de vivir la nueva naturaleza del amor.

La realidad ha roto el paño de la cerradura,
y la accesión al amor incierto
abre el arcano de los años precisos,
derrama las nuevas sensaciones, rompiendo certezas,
y deifica al Ser Superior, ahora hallado,
suplicando la entrada a su reino en una entrega total.

Dejarse llevar, esa es la respuesta,
acceder sin defensas, con personal entrega,
inundarse del nuevo aroma con humildad,
aceptando sus tiempos y sus normas,
entregando la voluntad, la íntegra donación,
viviendo la disciplina y la amada obediencia
ante su poder absoluto.

Si a veces el nervio se yergue
y la noche oscura apaga la voluntad de acceder,
desbórdese la capacidad de entrega,
rómpanse los viejos esquemas
y predomine el desasimiento, la dulce entrega,
la aceptación de los tiempos y los márgenes
en ilimitada donación de mente y materia.

Ya no hay vuelo de pájaros, ni nubes negras,
ni tormentas de ruido y cercanía,
sólo la quietud del anonadamiento,
el silencio, el desmayo íntimo profundo
ante lo inmensamente superior,
en una quiebra total de los conceptos
otrora indestructibles y absolutos.


                    III


La dispersión de los sentidos.



Sobre la piel, dibujada por los años,
estremecida al fin por la hondura del amor incierto,
rotos los esquemas precisos,
olvidados el temor y los recelos,
se desbordan los sentidos
en una tormenta de ternuras y afectos.

Todo es dependencia, mutuo enlace, pasión,
emergencia desde la profundidad
para reclamar la verdadera condición,
sentir el pulso, vivir la nueva realidad,
aceptar el sometimiento del espíritu
con la docilidad implícita del viejo navegante,
que envuelto por la nueva marea de los sentidos,
se ve impulsado por la esperanza
hacia el abierto y deseado amor incierto.

El derrame de los sentidos nubla mi mente,
incapaz ahora de establecer las defensas,
precisar las respuestas, doblegar el ímpetu,
abierto nada más al nuevo y hondo valor
de esta avalancha de sensaciones.

Quebrada la resistencia, abierto el conceder,
sólo queda la entrega absoluta,
en un torbellino de anhelos incontenibles,
que me conducen a la plena aceptación,
desde la humildad de mis nuevos esquemas,
a la superación del desaliento,
convocando mi último esfuerzo
para insertarme en el amor incierto.


                    IV


La explosión de las tendencias.

Cuando me despierto en la oscuridad de la penumbra
y acierto a distinguir las líneas de su cuerpo,
luminiscente, armónico, terso, a veces turgente,
y miro dócilmente la armonía de su diseño
nacido de la luz, antes imaginado, ahora revelado,
ansias me invaden de activar nuestros instantes
en una desmesurada invasión de nuestro tiempo.

Sólo existe una razón, un fundamento,
entre su grandeza y mi frágil equilibrio,
la generosidad nacida de un ser superior
y la adhesión sin condiciones de mi amor incierto,
extraído de la hondura abisal de mis edades
y desde siempre escrito en el tejuelo de mi libro vital.

La marea se convirtió en una tormenta,
las olas rompieron la estructura del puente
anegando las razones y los principios,
produciéndose la explosión de los sentidos
en una amalgama de amor y de pasión
que el timón no pudo superar,
rompiéndose los viejos principios
ahora renovados por los del amor incierto.

¿Por qué resistir la fuerza de las olas?
La invasión de las ideas nos hace renacer,
crear una nueva manera de amar,
sustituir las antiguas tendencias y sensibilidades
por una enorme explosión de los sentidos
que nos lleva dócilmente a los pies del ser,
en un desmayo de querencias y voluntades.

Ya no hay penumbra sino claridad,
una entrega nunca imaginada,
la percepción de una derrota de la angustia
y una victoria de la realidad,
esplendorosa y vital, íntima y personal
en la búsqueda de un nuevo viaje
hacia la conquista del amor incierto.


                    V

Virtud del desdoblamiento.

Las ramas de los árboles ocultan,
entre sus hojas y tallos,
un desdoblamiento frondoso y vital
que sólo puede sentirse intensamente
si nos adentramos en su interior.

La intimidad del amor incierto,
sumergida en un océano de endorfinas,
tampoco se manifiesta al exterior,
y se oculta entre la hojarasca
de gestos, intuiciones y certezas,
que conviven con los amores ciertos
en un fusión de ideas y conceptos.

¿Cuál es la realidad, cuál el ensueño,
cuáles las lejanías entre los dos amores?
Sólo la consumación es la respuesta,
la entrega personal que nos desdoble,
la sensibilidad de una ofrenda consensuada,
en la inmensa, generosa y múltiple
naturaleza del amor incierto.

Cuando se penetra en el interior de la corteza
y se cuentan los nudos de su historia,
¡Oh, cuántos desamores habidos,
cuántos oscuros y desconcertantes fracasos
en nuestro laberinto de pasiones!.

La paz nos llega con nuestro desdoblamiento
generoso y humilde, en una entrega total,
nuestro ser donándose física y mentalmente,
desatando ligaduras, recobrando delirios,
logrando que la supremacía del amor
se manifieste en libertad
y se recupere la claridad de nuestro atrayente,
especial y único amor incierto.


                    VI



Entrega sin fronteras.

Amarnos es llegar sin límites,
superar los márgenes de la templanza,
entrelazar nuestros cuerpos
como si fuera la primera vez,
mirarnos a los ojos
como cómplices de nuestro amor incierto,
y fundirnos en un abrazo apasionado
sin cautelas, temores ni reservas.

¡Oh! Caricia interminable, dominadora,
que nos envuelve y no nos deja pensar sino amar,
¡Oh! temblor de nuestra piel enardecida,
sacudida por el terremoto de la pasión,
herida por la bravura de la alternancia,
que nos lleva al éxtasis de los amantes
en una enloquecida carrera de sensaciones.

Cuando en un instante descubrimos nuestro contacto
y nos miramos, y nos sentimos,
no existen ya distancias sino cercanías,
un olvido absoluto de los dogmas
y una entrega apasionada de nuestros cuerpos.

Nuestro amor no tiene fronteras,
al sumergirse en un mar de concesiones,
que sólo permite la profundidad de los sentidos
en el silencio íntimo de los contactos.
¡Ah! qué aventura inédita vivimos,
en este intercambio de voluntades,
sintiendo la locura del amor.
¡Ah! qué pausas y arrebatos se suceden
en este encuentro de besos compartidos.
Cuando al amanecer nos descubrimos,
despiertos pero aún soñando,
encontramos la realidad nunca olvidada,
la verdadera razón de nuestro amor incierto.


                    VII



Tú y yo.

Tú y yo hemos encontrado juntos una abertura
entre montañas de dogmas y recelos,
recibiendo la claridad de los momentos
únicos y emotivos de nuestro amor incierto,
soslayando amenazas míticas,
sintiéndonos sobrecogidos y temerosos
por gozar la inédita y limpia fusión
de nuestras almas y de nuestros cuerpos.

Tú y yo. Lo demás no importa.
Vuelan los pájaros sobre los bosques y montañas,
destellan los charcos plateados por la luna,
abre el viento caminos entre las nubes altas,
enciende el sol la tierra, zumba la moscarda,
doblan las campanas, silban las culebras,
y se ciernen sobre nosotros las alegorías,
las leyendas bíblicas, los límites, los mantras,
mientras nosotros estamos viviendo nuestro espacio de libertad,
aprendices de la lucha en esta guerra sin cuartel,
creada por nuestro entrañable y valeroso amor incierto.

¿Te das cuenta, amor, que nos amamos,
y sólo existimos nosotros dos
fusionados por un amor esencial
gracias al cual yo estoy en ti y tú en mí?

¿Verdad que nuestra vida es ahora maravillosa,
que nuestra entrega es especial,
que ha valido la pena nuestra mutua atracción?

El amor que estamos viviendo,
nacido desde la hondura abisal
es ahora plenamente aceptado por la brisa,
los pájaros, las nubes, los charcos plateados
y las campanas, que suenan movidas por el viento
de nuestra pasión inédita hasta ahora
que nos hace respirar un aire nuevo,
lejos de las oscuras profundidades
en que se ocultaba nuestro amor incierto.


                    VIII



Elogio de la contemplación.

Llegado el amanecer, furtivos los sentidos,
entregados tú y yo al sosiego del descanso,
evocando levemente el delirio de nuestro abrazo,
nos contemplamos mutuamente emocionados a la luz del alba.

Anoche conocimos la magia del encuentro,
la frenética invasión de nuestra personal intimidad
y ahora presenciamos, de forma fascinante,
la prístina y cercana realidad de nuestros cuerpos.

¡Cuánta quietud, qué silencio!
entrelazadas emociones y voluntades
ceden el paso a la caricia de nuestra mirada,
sobre una belleza inmóvil compartida.

El enardecimiento dejó paso a la contemplación
y la escasa luz del amanecer dibuja las líneas
de los aún palpitantes cuerpos de los amantes
en el descanso reparador del lecho.

No ha sido todo un sueño, no es el resultado
de una imaginación desbordada,
hemos sido capaces de traspasar los límites
y entregarnos a la deseada locura del amor,
de ese amor intenso, antes incierto,
ahora prueba irrebatible de nuestra libertad.

Contemplarnos es encarnarnos de nuevo, emularnos,
alcanzar el éxtasis de la contemplación plena,
equilibradas las eternas dudas y certezas
por una realidad prodigiosa de nuestro amor incierto.


                    IX


Búsqueda de la permanencia.

No quiero, no puedo, me rebelo
contra una posible versatilidad de nuestro amor incierto;
la pérdida de nuestra permanencia
no debe destruir nuestro perfecto idilio,
no pueden existir deliquios, ni silencios oscuros,
sólo nuestro amor, sólo nuestra entrega,
sólo la fortaleza en la inmensidad de nuestro nuevo espacio.

Mirando tu cuerpo desde la incertidumbre,
arropados por nuestro único aroma de amantes,
quiero esconderme en tus ojos, en tu piel, en tus manos,
y establecer nuestra fusión definitiva,
anclar nuestro amor en el fondo
de nuestro mar de sueños, ilusiones y proyectos,
ancorado de tal manera
que no pueda levarlo ninguna tormenta,
y ninguna incomprensión nos pueda hacer caer
en una falta de delirios y querencias.

Defendamos la permanencia, la espesa certidumbre,
la entrega apasionada de nuestra ternura,
en esta difícil accesión al interior de nosotros,
olvidando los desmayos, los errores,
los desaciertos, las omisiones, el miedo,
y luchemos por nivelar nuestros sentimientos
acercando distancias y potenciando nuestra intimidad.

Permanecer juntos es lo importante,
amarnos con locura , invadir nuestro espacio
con la verdad que viene desde la hondura de nuestro amor,
sabernos nuestros, sentirnos nosotros,
abrazar cada vez con mayor ímpetu
ese delicioso encuentro de deseos y voluntades
que nace de la auténtica naturaleza de nuestro ser,


                    X




Nuestro amor incierto en modo infinitivo.
    (Amar, vivir, conocer, sentir, pensar)

Haber amado, eso es lo importante;
desde la hondura de nuestro ser
nos hemos amado sin límites,
olvidando normas y fronteras, viviendo el delirio soñado,
unidos en un acto de amor profundo, un éxtasis
que nos ha hecho conocer nuestra plena felicidad
nunca antes alcanzada y ahora evanescente.

Haber vivido el amor incierto,
avivar nuestros sentidos, descubrirnos,
ofrecernos la emoción de conocernos
pero amarnos siempre en modo infinitivo
con el riesgo de olvidar, cambiar, desertar,
y no encontrarnos más en nuestro futuro.

Haber conocido el amor plenario
y saber que podemos perderlo,
sentir la inquietud de incumplir las promesas,
y traicionar la esperanza
en el crepúsculo de nuestro pensamiento,
cuando creemos que todo está preterido
y ya nada puede renacer en nuestra alma.

Haber sentido la abrasión de nuestra piel
en la efusión de nuestras caricias
comprometernos, querernos con pasión,
sólo pensando en el otro para olvidar lo subjetivo
y darnos con calor el abrazo
de nuestros deseos compartidos y diluidos
en este amor incierto revelado.

No haber pensado en el fin de nuestro encuentro,
creer que nuestro amor era infinito,
desconocer los tiempos y las fuerzas
y encontrarnos con el final nunca previsto
de este nuestro ahora evanescente
y cada vez más deseado amor incierto.



domingo, 29 de abril de 2012

Desde mi ciudad análoga.



A mi querido hermano Francisco Javier, que viajó hacia su ciudad análoga el pasado dos de abril de 2012,
en recuerdo de nuestras últimas y maravillosas conversaciones sobre su tesis doctoral de arquitecto.

Desde mi ciudad análoga.

Si pienso que mi vida es una historia
de objetos, cosas vistas con afecto,
que sirven a mi ser, a mi memoria
como base eficaz de mi proyecto,
de asociaciones y correspondencias,
arquitecturas y transposiciones
que van elaborando mis esencias
con analógicas comparaciones,
creando suficientes resonancias
dentro de mi mente investigadora,
habré quizás hallado las sustancias
que permitan la paz que perdí otrora,
e iré creando mi ciudad análoga
mi propósito personal de vida,
como escribiendo una sencilla égloga
sin palabras y sin alternativa,
describiendo las cosas deseadas,
compartiendo las autobiografías,
con las personas más disparatadas
de mi comunidad de geografías.
Y así llegar al enrarecimiento
que los ancestros griegos plantearan,
listo mi corazón para el momento
de compartir la paz que dibujaran.

jueves, 22 de marzo de 2012

Personal silencio.






Personal silencio.



La clepsidra de mi tejado


cuenta lentamente las gotas de vida

de este amanecer lluvioso.

Se oye el rumor de la lluvia

que cae, densa, salpicando

el cristal de la ventana de mi habitación.

Me asomo al borde del espejo

y me contemplo en el fondo

incorpóreo y silencioso,

te miro, te acercas al borde

y me miras a los ojos

con una mirada que me escruta,

aterradora,

queriendo penetrar en el interior de mi alma.

No tengo valor para cerrar mis ojos, tus ojos,

este es el instante de la sinceridad,

el final de la historia,

aquí ya no hay aplausos,

ni excusas, ni subterfugios,

sólo el silencio.

El otoño ha clamado su derecho a existir,

a manifestarse, 

dentro y fuera de mí.

Ya no hay pájaros que vuelen,

hay soledades,

una figura sin márgenes,

una barba de nieve

apenas suavizada por la luz,

una desvaída y lejana mirada,

un latido que se confunde

con el silencio del espejo.