viernes, 29 de mayo de 2015

Soneto a un petirrojo.



A un petirrojo.

Acampas con tu pecho almidonado,
que por prieto y garboso pareciera
una roja chaquetilla torera
sobre mi plinto verde ajardinado.

Pareces un maestro apresurado
que en su salida al ruedo dirigiera
el paseíllo corto hasta la vera
de las migas de pan que he derramado.

El agua de la lluvia es ambrosía
que beberás de nuevo en primavera
para aliviar tu sed en el estiaje,

sintiendo la voz de mi poesía
luciendo una vez más en la pechera
colorín colorado, tu plumaje.




4 comentarios:

Antorelo dijo...

Muy contento estaría el petirrojo si pudiese leer este soneto. Un abrazo

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Cual petirrojo y siguiendo las miguitas que me traen a este blog, he llegado para sentir la voz de tu poiesía y como siempre premias a tus lectores, hoy lo has hecho con este bonito soneto al ave que, según leyendas, manchó su pechera de sangre al quitar las espinas de la corona que sufriera Jesús en su cabeza.
No me cabe ninguna duda de que eres el maestro del soneto por eso cuando te visito, no sólo vengo para disfrutar sino que lo hago también para aprender.
En mi paseo por lecturas anteriores, he visto que Peque ha pasado algunos momentos delicados de salud, espero y deseo que esté complétamente recuperada.
Un abrazo para los dos.
Terly

Fernando dijo...

Antorelo, gracias por leer mis poesías. Este soneto lo escribí para un petirrojo cuyos descendientes siguen viniendo a mi jardín. Así como los gorriones no se atreven a acercarse a las migas de pan que mi mujer les pone cada día, el petirrojo demuestra una osadía mjuy grande y amigable, llegando a comer de nuestras manos y entrando en nuestra casa para investigar. Le esperamos con alegría cada día y hablamos con él. Se merece un soneto mejor que el mío.

Fernando dijo...

Sí, querido amigo Terly, Peque está todavía pasando momentos terribles que esperamos vencer con la ayuda de Dios. Nada está seguro, pero tenemos fé y esperanza. Un fuerte abrazo a vosotros y gracias por acordaros de nosotro.,