sábado, 19 de junio de 2010

La hoguera.


La hoguera.

Un vapor plomizo se recuesta
sobre las emergentes brasas,
tapando los rescoldos
rojos y grises, grises y rojos
que exhalan su grito de muerte incandescente
sobre el suelo.

No existe la piedad
ante la belleza incorpórea de las llamas
y la combustión se recrece,
regenerándolas, produciéndose un vaivén,
una danza viva y trepidante
que se escapa por líneas infinitas
intentando atravesar la incipiente neblina blanca,
entrecruzándose las llamas
en su esfuerzo de ofrecer su holocausto final.

Mueren el pino y el cerezo entre estertores,
crepita su savia de vida,
muriendo carbonizados,negros y rojos,
exhalando su última llama hacia la neblina,
ahora blanca y dorada.

El humo intenta hacerse con el mando,
tejiendo tirabuzones grises
que se retuercen en espirales,
danzando sobre la hoguera
de la muerte de sarmientos,
abortando el nacimiento de hojas y racimos,
tratando de ahogar las llamas
que se retuercen aún vivas
en un aquelarre
de humo, chispas y rescoldos.

La vida y la muerte
se fusionan en una danza
de volutas de humo,
llamaradas de vida corta,
chispazos y llamas
que lamen los rescoldos crepitantes.
Aquí es donde se produce la danza del fuego,
volátil, anárquica,
al mismo tiempo serena y peligrosa
donde se funde el movimiento
de los ígneos danzantes
en una gloriosa estampa de fuego y de calor.




17 comentarios:

Marucha dijo...

Don Fernando,que así es como consumimos nuestras vidas,
entre rescoldos de tristeza y alegría,

entre afanes y complacencias,

entre prosa y verso,

entre un café y una tasa de the.

reciba un abrazo con ternuras del otro lado del mar.

Marcos Callau dijo...

Implacable tu poema para definir toda la muerte que hay en el fuego y la rebeldía de la vida en danza...me ha gustado tu metáfora. Las volutas de humo, es una expresión que me gusta mucho. Enhorabuena, otra vez. ¿Para cuándo una nueva publicación?.

Juliana Gómez Cordero dijo...

Ni esa ni ninguna hogrera, logrará consumir tu ingenio que, al contrario.lo robustece y acrescienta en sus volutas ascendentes y profusas como tu creatividad. ¡FELICITACIONES.
Un fuerte abrazo

Mercedes Pinto dijo...

Qué tendrá el fuego que nos hechiza y asusta a la vez; qué extraña magia contiene que nos hace recordar el mismo origen de todo lo que habita.
Genial y con fuerza, vivo. Enhorabuena.
Un abrazo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Waw Fernando! Me dejaste con la boca abierta. Que poema!!!!

Verónica Calvo dijo...

La vida, la muerte, sus pasiones y dolores se recrean en las ancestrales llamas del fuego interno.
Será por eso que a todos nos fascina un buen fuego de hoguera.

Un abrazo

Justo Poe, seudónimo del poeta Frank Ruffino dijo...

La hoguera que da calor en invierno, pero que también quema todo a su paso en verano. Es peligroso jugar con fuego. Has jugado bien.

Jesús Arroyo dijo...

De DIEZ. No te digo nada más. De DIEZ.

Begoña S.R. dijo...

con tus versos hasta la muerte y destrucción que hay en el fuego se muestra fascinante.

Un fuerte abrazo.

Marisa dijo...

Danza la llama
quemando la vida,
rescoldo y volutas
de humo,todo acaba.

Pero tú seguirás
creando buena poesía.

Un fuerte abrazo.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Fernando,

Muchas gracias por su comentario al Magnicidio de Julio César. Dice mucho a favor suyo que se haya tomado el gustazo de leer el texto en Latín, cosa que ya, por desgracia, muy pocos pueden hacer ya. Es verdad que nos es un poco imposible para nosotros entender la muerte como la entendían los Romanos: entre ellos y nosotros se ha cruzado la Civilización Occidental con sus tintes de Cristianismo, que da otra visión diferente a la vida. Yo creo que nunca podremos entender por qué los Romanos se deshacían tan ligeramente de los Tiranos que no les convenían. Y no podemos perder de vista que Julio César rompió con el orden constitucional al convertirse en árbitro único de la Situación Política.


Magnífica es su poesía sobre La Hoguera: aquí se mezclan de forma magistral todos los contrarios, la vida y la muerte, la confusión del humo, el devenir de todo, que se convierte en otra cosa, la vida que pasa a ser muerte, el Ser, que deja de serlo. Esto me recuerda al ínclito Heráclito, Filósofo Griego de los más renombrados que decía:

Πάντα ῥεῖ: Todo cambia

Reciba un afectuoso abrazo,

Antonio

Fernando dijo...

Amigo Antonio: Agradezco mucho tu comentario sobre mi poema "La hoguera". Realmente he pretendido hacer una pesía extremadamente críptica. Entre las llamas y el humo de la hoguera he quemado y escondido muchos conceptos vitales, que no sé si serán captados por el lector. Porque, un poco cansado de escribir de forma muy evidente, estilo Angel González, con objeto de acercar mi pensamiento a cualquier nivel de lectura, decidí en este caso dar rienda suelta a mi espíritu críptico y profundizar a niveles probablemente indescifrables. Es una licencia que me he permitido, pero prometo no repetir ese camino. Un abrazo ab imo pector.

Juanjo Almeda dijo...

Ínclito Fernando, me recuerda al cigarrillo que encendí un día("la vida de la muerte"), siendo por supuesto tu danza mucho más bella y enigmática. yo aquí veo a la vida como esas vides y sarmientos sucumbiendo(después de luchar con él) a los peligrosos encantos del fuego(en forma de muerte inerte, y viva a la vez) con el que "jugamos" y danzamos. Pero, es sólo mi opinión.
En todo caso, siempre me quedo con tus palabras maestras. Un abrazo.

CARMELA REY dijo...

La danza del fuego y el humo hechizan, como nos hechiza la vida y la muerte.
Un abrazo.

Victoriana Díaz dijo...

La vida y la muerte entrelazadas a un paso en nuestro camino.
Bello poema amigo, muy logrado.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo

Victoriana Díaz dijo...

Enhorabuena por este estupendo poema. Muy buena reflexión de la vida y la muerte entrelazadas ambas en nuestro camino.
Gracias por hacernos disfrutar de tan bonitas y sustanciosas letras.

Jorge Torres Daudet dijo...

No hace falta fotografía; dan más colorido y formas tus plabras que las propias imágenes, porque, además, descubres el alma del fuego.
Un abrazo.