V - Pánico a la distancia.
Me siento solo, lejos, a distancia
de lo que dejo ver en mi poesía,
puede que ya se esté acercando el día
en que sólo me acuerde de mi infancia.
No encuentro mi acomodo en esta estancia,
me da miedo sentir la cercanía
de lo oscuro, lo eterno, la agonía
de lo que constituye mi sustancia.
Pánico me produce lo lejano,
y no puedo escribir lo que yo siento
porque ya ni siquiera lo discierno,
mi problema es que soy un ser humano
y recibir la luz del pensamiento
más que una solución es un infierno.
10 comentarios:
Me has dejado reflexionando otra vez, Fernando. "La luz del pensamiento más que una solución es un infierno"... si, también yo o creo. Qué mal uso hacemos de la mente, siempre enfocando en lo negativo, en la queja, en la carencia.
Estos pánicos tiene fuerza y reflexión, son tremendos, como el mismo pánico que a todos nos florece.
Me gusta esta serie.
Abrazos
El problema, querida Ananda, es que lo difícil es discernir entre lo real y lo teórico. El ser humano tiene tal capacidad de inventar y de imaginar que llegan a fusionarse la verdad y el ensueño, la realidad y la teoría.La reflexión a veces no nos conduce más que a la confusión. Yo pienso que nunca tengo razón y que cualquier persona puede rebatir lo que pienso. Por tanto, a veces me dan ganas de volver a ser un niño y dejarme de elucubraciones y filosofías. Un abrazo y gracias por tu comentario.
Pánico a saber, a conocer la verdad, al conocimiento... Sí, a veces, muchas veces, una quisiera no saber, no recibir esa luz cegadora.
Es mejor imaginar, soñar con ese mundo ideal que nos reconforta, como cuando éramos niños.
Un abrazo.
Mercedes, amiga, admirada escritora: creo que en realidad todo somos niños. Nunca dejaremos de serlo. Recuerdo al escultor Sebastián Miranda que estaba arrepentido de haber sido siempre niño. Por eso fue una bella persona y un soberbio escultor. Un cordial saludo.
Siempre me he identificado con el avestruz, querido Fernando, no me gusta conocer la realidad cuando ésta no te trae nada agradable, prefiero soñar, vivir en mis sueños, pero a veces, esa realidad es tan persistente, que no tienes más remedio que sacar la cabeza debajo del ala para enterarte un poco de lo que pasa. Creo que todos somos niños y el que no se considere así, pobre de él, porque se podrá ser mayor, incluso viejo, pero como nos falten esos sueños del niño que nunca se alejó de nosotros mismos, estamos perdidos. He esperado saber algo del día de la presentación de tu libro, pensando que nos contarías los momentos vividos, espero que todo resultara tal y como tú lo deseabas. Leí los sonetos, escuché tu CD y ahora he empezado a leer "Gabriel y el Guadarrama" lo que voy haciendo un poco a trompicones; mujer, hijas y nietos requieren siempre tu presencia y no se puede defraudar a ninguno de ellos. Un abrazo y mis saludos a Peque y los buenos amigos que ahí he dejado.
Terly,amigo, la presentación salió muy bien. Asistieron más de cuarenta y cinco personas. Casi todos eran amigos de Madrid y familia. De Torrelodones sólo asistieron cinco poetas, de Madrid otros cinco. Emilio Porta y Rafael Mulero0 estuvieron muy bien. Vendí bastantes libros, pero la cena descompensó el resultado. En mi blog "Meditaciones y relatos" he puesto lo que leí en mi turno. Saludos a esa maravillosa familia. Un abrazo.
Es fabuloso este soneto, Fernando. Te doy mi enhorabuena. Admiro los sonetos y es muy difícil hacer algo tan perfecto como lo que has escrito hoy para nosotros. Un abrazo, amigo.
Marcos, amigo, gracias por tus generosos comentarios. Un fuerte abrazo,
Por qué ha de ser el ser humano tan consciente -a la vez inconsciente- de lo ineludible de su verdad?
Supongo, que es el precio que se paga a cambio de nuestra supuesta inteligencia.
Magnífico soneto, querido Fernando.
Un abrazo.
Juanjo, amigo: reflexionar es importante, pero a veces nos lleva a situaciones sin salida. Entonces hay que recurrir a la esperanza, quizá a través de la poesía. Un fuerte abrazo.
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