Jorge Luis Borges.
IV - Pánico a la ceguera.
Pánico a recalar en la ceguera,
sin poder navegar entre las cosas
y olvidar los colores de las rosas,
¡qué sería de mí si no las viera…!
No podría sentir la primavera,
en esas madrugadas silenciosas,
tener esas vivencias prodigiosas
con mi balcón cerrado de frontera.
Aunque yo no pudiera contemplarte,
con mis ojos cegados me parece
que acaricio tu imagen, tu mesura,
un miedo atroz me inunda y enloquece,
al no tener cercana tu figura
y pensar que no pueda recordarte.
21 comentarios:
Creo que el mayor pánico es el que nos provoca lo que hoy nos cuentas: perder la memoria. Si la pierdo, espero no acordarme y sufrir la pérdida.
Este poema me ha gustado especialmente.
Un abrazo.
Un soneto que estremece y que me ha hecho pensar antes de dejar comentario.
Y pensar que podemos ver y no vemos y pensar que lo importante se difumina... pánico total.
Un abrazo
Mercedes: siento mucho publicar mis sonetos del pánico. Son un poco duros, intentan ser trascendentes. Me cuesta mucho hacerlos, pero lo prometí. Un saludo cordial, amiga Mercedes.
Ananda Nilayán, querida amiga: ya ves, recreándome con sonetos de angustia y miedo. Como le dije a Mercedes, lo prometí y tengo que terminarlos. Lo malo es que escribirlos me da también pánico. Un abrazo fuerte.
Sí, que pánico perder la memoria. Pero quizás no es tan pánico porque no te acuerdas.
Un fuerte abrazo Fernando.
Hasta pronto.
Querida Pluma Roja: la memoria puede combatir a la ceguera, ayudarnos a ver lo que ya no podemos por sufrirla. Un cordial saludo.
Es un soneto impresionante, como todos los de la serie. Es hermosísimo.
Besos, Fernando.
No te de miedo escribir un buen soneto como éste, amigo Fernando.
Un abrazo.
Hola Isolda:eres una prodigiosa comentarista. Me encanta que te vayan gustando mis sonetos del pánico. Ya los seguiré escribiendo con mayor empuje, Por cierto, mi dedicatoria, bellísima, que te escribí en el libro que te envié hace ya tanto tiempo, debe haber servido para qu sea celebrada por el desaprensivo que haya robado el libro. Por eso te envié ayer un segundo libro, esta vez por correo certificado. Y esta vez la dedicatoria te la escribiré cuando vaya a verte, que alguna vez lo haré. Con toda mi amistad, un fuerte abrazo.
Juanjo,amigo,poeta. Si te decides a visitarme (ya sabes que estás invitado a noche y mantel) traéme tus últimos poemas y acabaremos de una vez con el vinillo que me regalaste en Alcalá de Henares. Un fuerte abrazo.
Querido Fernando, de pánico o de alegría, tristezas, amores, etc.¡Que
bellos son tus sonetos.
Me place leerlos. Envidio(buenamente)la facilidad con que brotan de tu mente prodigiosa.
Un fuerte y sincero abrazo.
Juliana
Juliana, amiga: gracias por tu generoso comentario. Escribir un soneto es hacer un pequeño comentario poético sobre alguna idea, Claro, hay que trabajarlo, pero lo fundamental es que te guste someterte a su dictadura, A veces es bueno dejarse someter a algo tan bello como el soneto. Un saludo cordial.
Querido maestro del soneto:
Los tres últimos versos son para recordarlos constantemente.
Abrazos y recuerdos a Gabriel (magníficos relatos)
Jesús, amigo: gracias por tu generoso comentario. Me alegra que te hayan gustado las peripecias de Gabriel en esta tierra tan acogedora Un abrazo muy fuerte.
gracias por compartir.
pasaba a saludarte y desearte una feliz semana.
un abrazo.
Miguel de la T.P.: un saludo cordial, querido amigo.
Por fin encuentro unos minutos para decirte que yo también pienso que tienes maestría para los sonetos. Éste sobrecoge, la pérdida de la memoria es como estar muerto en vida.
Y hablando de memoria, espero no olvidar nunca la magnífica presentación de tus libros en Torrelodones, con unos maestros de ceremonia sensacionales. Gracias por todo. Me están encantando las peripecias de Gabriel.
Un abrazo.
María Sanguesa, amiga: eres
estupenda. Te vienes desde Madrid, te quedas a cenar teniendo prisa,y encima elogias mis presentaciones y relatos. Amigas así son las que necesitamos estos humildes poetastros que nos escondemos en este pueblo y tratamos insolentemente de hacernos oír y querer. Un beso muy grande y muchísimas gracias.
Conmovedores versos, en un soneto que deslumbra por su fluidez y sonoridad.
Lo bueno de este blog, es que siempre me llevo un ejemplo de como se debe hacer un poema.
Abrazotes, amigazo.
Lo que me faltaba,Gustavo, el maestro aprobando mi soneto. No se puede pedir más. Por ello yo te envío en respuesta un abrazo enorme como amigo y compañero de emociones.
Al quedarnos ciegos después de haber recibido el don de poder ver todas las cosas, seguiríamos viéndolas con los recuerdos. Imaginando versos que decoraran esas cosas que ya no podemos ver. Un fuerte abrazo Fernando.
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