lunes, 12 de octubre de 2009

El accidente.






De qué sirve tomar bebidas sofisticadas,
presumir de conocer los secretos del vino,
saborear las copas con aires de adivino,
brindar con los amigos, reír a carcajadas,

bailar, cantar romanzas, describir las añadas,
si más tarde afrontamos nuestro incierto destino,
desbordando las líneas exactas del camino
que desde el nacimiento nos fueron dibujadas.

Qué oscura está la noche, qué gris la carretera,
qué cansada está el alma, qué triste suena el viento,
cuán negras son las nubes en esta madrugada,

ya no hay chanzas, ni brindis, ni bulla pasajera,
sólo líneas borrosas sin mi discernimiento
que pueden empujarme muy pronto hasta la nada.


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17 comentarios:

Paco Alonso dijo...

Muy bello tu poema..se me ocurre un buen anuncio de trafico..quizás la gente al ver el cambio de estilo y la belleza del poema..reflexiones

cálido abrazo

Anónimo dijo...

EN UN MOMENTOTODO DESAPARECE Y SOLO QUEDAN ESAS EXTRAÑAS LUCES ALREDEDOR...

BUENA PREGUNTA.. DE QUE SIRVIO?



excelente poema, me ha encantado.

un abrazote

Flor dijo...

Hola!
Bello poema! Y eso? Accidente? te paso a ti??

Besitos
Flor

mardelibertad dijo...

Buen poema, buena reflexión.
Saludos

Marie dijo...

Me gustó el poema, muy bueno como relfexión. Me recordó a una canción, famosa del rock nacional Argentino, se llama "Amanece en la ruta".

Andrés Glez. Déniz dijo...

Este poema está entre los tres que más admiro de ti. Es sencillamente hondo, reflexivo, sentido y perfecto.

Lisandro dijo...

Es un poema para tener en cuenta, y sirve para mcuhas cosas... un abrazo amigo!

Marucha dijo...

Don Fernando,por acá hay un dicho:

Lo paseado y bailado naiden me lo quita.

( quien sabe porqué utilizan en algunos lugares remotos el naiden,por nadie )

Don Fernando, la carretera de la vida es muy larga,con muchos recuvecos, en ocasiones se nos olvida de donde venimos,cuál fué nuestro inicio,por eso luego se siente uno un poquitín perdido.

Y si se apea un minuto,y se para a un ladito, y mira tranquilamente el pasar de tantos y tantos ,con sus sueños en rastras,con sus ilusiones decoloradas, con sus quimeras chamuscadas.
Ya ve,don Fernando,ya me hizo sentir triste.

Reciba un abrazo desde tierras mexicanas.
Que le quiero decir algo, don Fernando, ahora ya no sé para donde va nuestro país.
Y si el día de mañana algun día,continuará existiendo como pais.
Pero pienso, allá,a lo lejos,está donde Fernando,y muchos más amigos de la red,y ellos recordarán que por acá,existió una mujer con un puño de ganas de vivir.

Mire que la vida,para mí,ha sido como un caballo bronco,y nomás no me bajo,porque está más dura la caída.
hay una canción que dice...
¿ a donde van los muertos?
¡ quien sabe a donde irán !

y no hay para donde hacerse,donde quiera caen brasas.

Estoy hablando en sentido figurado, no vaya a creer que está pasando lo peor.

Es este otoño, que me ha agarrado fuera de base.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Con que maestría describes la proporcionalidad del gozo de unas horas de diversión y relajamiento, si no se sabe ser responsable, con la pérdida del don más grande que hemos recibido gratuitamente, por la compra de unas gotas de placer.
Me sugiere eso que algo parecido ocurre con nuestra vida: vendemos el gozo eterno = felicidad plena, por unos cuantos años de placer y alegría, ¡que no gozo!, que tienen fecha de caducidad.
Estamos tan ciegos que no nos damos cuenta de lo que vendemos o compramos. Realmente, nos dejamos atar por muchas cosas, porque de ser libres, ¡lo que realmente significa ser libres!, elegiríamos siempre lo verdadero y auténtico, y eso es el gozo eterno.
Un fuerte abrazo.

Soledad Arrieta dijo...

Me gusta mucho cuando desde la poesía puede invitarse a la reflexión de temas tan poco tocados en este ámbito. Te felicito por ser precursor de ello...
Caiños!!!

Iván dijo...

Excelentes versos, cuanta razón hay en ellos.

Susi DelaTorre dijo...

Fernando,

Sobre todo en ciertas épocas de la vida, nos encontramos mirando las luces sin reparar en las sombras que nos esperan después. Luego, éstas llegan y añoramos los brillos.

Puede ser que incluso estemos contentos con haberlas contemplado alguna vez...

Hermoso y melancólico poema!

Una maravilla leerte...

Verónica Calvo dijo...

Una buena reflexión, Fernando. Los cuartetos me gustaron más que los tercetos, especialmente el primero.
Un abrazo fuerte.

Posmoderna dijo...

Que buen poema, justo lo que pasa a los adultos jovenes. o jovenes adultos.
Bailamos y brindamos hasta que se apagan las luces, y de que sirvio?
absolutamente de nada.

saludos!

Marisa dijo...

Un precioso soneto es el
que nos traes con tintes
de la realidad que ocurre
en noches de copas llenas.

Besos.

Begoña S.R. dijo...

Soneto para la reflexión.
Desgraciadamente la carretera se cobra muchas vidas los fines de semana por no pensar que tras las luces vienen las sombras.
Lo penoso es que los jovenes piensan que a ellos nunca les ha de pasar, que esos accidentes sólo les pasa a los demás, que ellos "controlan"...terrible palabra

Besos

Anna Francisca Rodas Iglesias dijo...

Un mensaje claro en este soneto que nos hace un stop al recordar que no hay que mezclar tragos a la conducción...gracias por la doble pasión que mezcla el paisaje.

Un fuerte abrazo Fernando.

Anna francisca