
I.- El salón de los Rechazados.
Me
gustaría trabajar diez años para escribir un poema de una línea sobre el
Salón de los Rechazados, pero no tengo tiempo, la vida se me escapa y
son tantas las sensaciones, tantos los recuerdos que estas maravillosas
personas han grabado en mi vida que me sería imposible contener mis
emociones, transcribir mis sentimientos, condensar mis lágrimas,
describir mis afectos. Claude, Camille, Lucille, Blanche, Edouard, Henry
y tantos otros pintores que me estáis esperando en vuestras tertulias,
compartiéndolas esta vez con vuestras modelos, con vuestras mujeres y
vuestros amigos del arte nuevo, del aire libre, de los colores, sabed
que yo, en mi interior, estoy ya participando de vuestras tertulias y
mis comentarios os estarán llegando por la vía de la luz y de las
estrellas.
Vosotros, los que fuisteis rechazados por el
Salón de 1863, lograsteis exponer vuestras obras en el Salón que
autorizó Napoleón III, que vino a llamarse “Salón de los Rechazados”.
Cuántos disgustos, cuántos sinsabores, pero cuánta colaboración, cuánto
desprendimiento, qué caudal de amistad entre todos. Allí nació vuestra
pintura nueva, abriéndose una etapa innovadora y creativa.
Yo no sé pintar, pero amo el arte. Siempre me interesó mucho la escultura de Rodin.
Durante los fines de semana de mi vida en París el último año de mi
estancia fuí a visitar dos veces el museo Rodin. Si bien admiro todas
sus esculturas, por su belleza y por lo que significaron de avance en la
técnica de su tiempo, la escultura que siempre me fascinó, hasta el
punto de ir a visitarla a Londres fué la de los Burgueses de Calais.
Esta escultura tiene una peana muy delgada, lo que facilita al visitante
estar a la altura de sus figuras y sentirse muy integrado con los
personajes. Siempre he querido buscar algún movimiento poético que se
base no sobre un pedestal de nombres famosos sino en una simple y
delgada peana de obras poéticas que nos permitiesen apreciar el
verdadero valor de la inspiración, sin tener que escalar alturas
desproporcionadas. Me espanta leer las obras completas de los famosos,
llenas de miles de sumas de sílabas, en su mayor parte, salvadas sólo
por unos cuantos poemas de valor. Si alguna vez, cuando yo parta,
alguien quisiera hacer una escultura sobre la poesía, me gustaría ocupar
el puesto del burgués Eustache de Saint Pierre compartiendo su suerte
con un pequeño grupo de humildes poetas de la Red, sin honores ni
premios, plenos de sencillez y entrega ofreciendo su limitada, pequeña y
sencilla obra para ser expuesta, quizás en el futuro, en un nuevo
"Salón de los Rechazados".
Esta posibilidad de poder
estudiar y realizar una crítica sobre los poetas de esta escultura “sin
peana” me ha inducido a iniciar lo que llamaré ”breve reflexión sobre la
poesía en la red”. Naturalmente esta reflexión se ceñirá a algunos de
los poetas que escriben en la red por mí elegida, de un forma
individual, pero contemplando el universo que representan. Y desde luego
con plena libertad sin sometimiento a estructuras preconcebidas.
Después de muchos años de leer poesía y escribir poemas en mi intimidad, no leídos sino por mí mismo,(cuando uno escribe el lector es uno, como escribió Jorge Luis Borges),
el destino me llevó a participar en un "blog "de poesía, que es una
bitácora de poemas enviados electrónicamente a una red creada dentro del
sistema Internet, susceptibles de ser compartidos y comentados por los
demás participantes de ese mismo" blog" La posibilidad de que mis
poesías fueran leídas al momento de escribirlas y de recibir comentarios
a las mismas de una forma inmediata me cautivó, así como la posibilidad
de leer alternativamente las poesías publicadas en cualquier momento
por los poetas incorporados a la red. Traté de explicarlo en un soneto
que escribí a Emilio Gómez, poeta cántabro, agradeciéndole el interés que puso en que yo me incorporara a la red de forma definitiva:
Viniste con calor, amigo Emilio
hasta mis versos nuevos y distantes
buceando en mi mar de consonantes
deshaciendo ataduras de mi exilio
y acercaste mi voz al nuevo idilio
de una red de poetas dialogantes
comentadores finos, diletantes,
émulos de Teócrito y Virgilio.
Se
supone tal vez que cuando un poeta presenta unos estudios de crítica
poética, lo ha de hacer con un ademán de pedir excusa; al poeta, según
una idea órfico romántica normalmente vigente, le está vedado el uso del
pensamiento por ser él instrumento pasivo de la inspiración, del fluido
poético que cae desde lo alto o más probablemente, que asciende desde
lo profundo de la tierra y le posee su embriaguez divina (José María Valverde).
Yo, dicho sea de paso, creo quizás también románticamente, que los
verdaderos poetas han heredado, como Orfeo de Apolo y la musa Calíope,
el don de la música y la poesía. Admito también, naturalmente, la
importancia de la palabra, pero creo en esa inspiración inesperada y
embriagadora de los poetas.
Que la música y la poesía van a menudo entrañablemente unidas se evidencia leyendo a poetas como Gerardo Diego que afirmaba;”No es necesario cantar en ningún momento, de eso ya se encarga mi verso” Aunque
la poesía y la música evolucionaron por caminos singulares y distintos,
utilizando la música instrumentos variados, la poesía se basó
fundamentalmente en el instrumento de la palabra, lo que no es poco,
utilizando repeticiones, aliteraciones, juegos de palabras y, por
supuesto, rima.
Hablar
de la unión poesía y música se evidencia con nitidez en la red, unas
veces por la musicalidad intrínseca de las poesías enviadas y casi
siempre por la utilización de la técnica de internet para acompañar a la
palabra escrita con el sonido musical, complementándose ambas con la
impresión en las entradas de fotografías, videos y otras singulares y
virtuosas técnicas.
Como
dije anteriormente, no deseo sujetarme a ninguna estructura
preconcebida para continuar mis ideas, porque me he propuesto exponerlas
obedeciendo aquello que decía una canción popular vasca
Iruten ari nuzu,
Khilua gerrian
Que traducido al español quiere decir
La rueca en la cintura
Es mi tarea hilar
Y
digo bien español y no castellano, porque uno de los atractivos de la
red es la presencia de numerosos poetas de habla española que
intervienen activamente y nos ofrecen un panorama de las letras
universalmente español, aportando nuevos vocablos y modismos que
enriquecen nuestro maravilloso idioma.
Los
poetas que se integran en la red pueden incluir su currículum vitae
personal, especificando su nombre y apellidos, aficiones, trabajos
realizados y su página web, al objeto de comunicarse con los demás. Sin
embargo, cada miembro puede poner los datos que desee, no teniendo
ninguno un carácter obligatorio. Esta es una de las virtudes de la red
de poetas, la comunicación distante y no personal,que sin embargo se
convierte con el tiempo en muy afectiva. La absoluta libertad personal
para publicar su poesía o su comentario favorece una interrelación
honesta del pensamiento. Por ello, cuánta colaboración, cuánto
desprendimiento, qué caudal de amistad entre todos. Esto producirá, sin
duda, el nacimiento de una poesía nueva, abriéndose como a los artistas
del Salón de los Rechazados, una etapa innovadora y creativa.
*********************************