jueves, 19 de marzo de 2009

El faro de Irta.




El faro de Irta.



Sobre la espuma de las olas trazas
un camino de luz tan persistente,
una señal tan pura y permanente,
que la llegada de mi barco emplazas.

En la distancia siento que me abrazas
y no puedo explicar lo que se siente
al ver tu azul destello intermitente
rasar el mar y señalar las plazas.

Cuanta más niebla encubra mis derrotas,
desgajado el timón, mis velas rotas,
más brillará la luz que tú me envías,

blanca atalaya de los roquedales,
torre de salvación para mis males,
luz mediadora en mis peores días.



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3 comentarios:

Emilio dijo...

Bonito soneto; estupendo el primer terceto: me encanta.

Un saludo, Emilio.

ANTONIO JIMÉNEZ LUNA dijo...

Ciertamente el faro es algo más que un objeto que sirve de guía, es una especie de guía espiritual que señala el rumbo correcto, como volver a la tierra patria y señala los peligros que acechan las tormentosas noches del alma.

Soy un amante del buen soneto descriptivo (como éste) y espero leerte más

Un abrazo

Reina dijo...

Los faros siempre me atrajeron, pero éste me atrae especialmente... tan moderno, tan recto, tan diferente a los demás... custodiando las playas rocosas de Alcoceber... a veces siento que su luz, en la lejanía me llama...