domingo, 3 de noviembre de 2013

A nuna rosa.




  

 A una rosa.


¿Puede la rosa
tener pétalos suaves
y al mismo tiempo espinas dolorosas?

¿Puede la rosa
ser al mismo tiempo
débil y fuerte,
tener tallo de espiga
y ser blanca y olorosa?

Tú, que eres la rosa,
transmíteme tu aroma,
tu luz y tu color,
que yo devolveré
fortaleza por tu tallo de espiga,
entrega por tu belleza blanca
y siempre mi amor
por tus pétalos suaves
y tus espinas dolorosas.

7 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Fernando, un poema sensacional. El poema de amor nunca es repetitivo ni gastado en tus manos. Es un gozo leerte. Un abrazo, amigo.

Verónica Calvo dijo...

Qué poema, querido Fernando... No es solo hermoso, es una maravilla delicada, profunda, bien versada.

Este, con tu permiso, de mis favoritos.

Te dejo un abrazo y mi admiración

Fernando dijo...

Marcos: gracias por tu conentario. ¡Qué generoso eres! me parece increíble que no nos hayamos conocido personalmente hasta ahora. Yo no tengo demaqsiado tiempo. Un fuerte abrazo.

Fernando dijo...

Querida Verónica: ¿cuándo vienes a vivir a Madrid? Tenías tus planes ¿verdad? Cuéntame algo de tu vida. Me interesa saber más de tí, aunque ya me contaste lo fundamental, que me entusiasmó. Un cordial saludo.

Verónica Calvo dijo...

Querido Fernando, estoy en Madrid, liada, por eso no te he escrito.
Lo haré en cuanto tenga tiempo y así, espero, nos podamos ver :)

Abrazo!!!

Fernando dijo...

¿Conuqe en Madrid verdad? No te preocupas, busca tu tiempo y nos veremos. tengo uilusión ej saludarte personalmente. Un abrazo.

Marisa dijo...

Un precioso poema,
para alcanzar lo preciado
a veces es necesario
un pequeño dolor.

Un abrazo