martes, 16 de marzo de 2010

V.- Muerte en la trinchera.



Muerte en la trinchera.

¿ De qué vaso bebiste, soldado,
el barro de tu trinchera,
dónde dejaste tus alas,
alondra de fantasía?

Dime…allá en el fondo,
¿limpiaste el lodo que cubre tus alas
o seguirás volando un instante
y elevarás tu vaso
para brindar por tus amigos,
ahora que sí están contigo,
en el barro ¡ay¡ de tu defensa de muerte?

¿Fuiste capaz de beber tu vaso
gota a gota
o brindasteis juntos
soñando, idealizando, uniendo
la muerte y la victoria,
vosotros, perdedores absolutos,
sin medios para escapar del terror,
sin alas, sin luz, sin esperanza.,
sumidos en el barro sucio
de un exasperante agujero sin salida.?.

¿Dónde quedaron los himnos y banderas,
las voces, las canciones, las arengas?

El silencio llegó por delante
de un rumor lejano de salvas artilleras,
nubes de plomo barridas por un viento
de odios, y enfrentamientos lejanos
que llegaron puntuales,
interpretando una sinfonía completa
de estruendo y de dolor.

El beso de amor de despedida,
que dejó impregnados de amor tus labios,
ahora esculpidos por el barro,
quedó prendido en la alambrada,
sin tú poder recuperarlo,
en tu imprevista, letal, caída en la trinchera.



2 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Muerte sobre muerte, sangre sobre polvo, balas sobre brisas. Inutilidad y destrucción.

maria de la luz dijo...

Don Fernando,
su prosa puntual,
sus palabras en la pantalla,
me dicen que ha vuelto.

El viento lleve hasta sus plantas una sonrisa de afecto que brota en mi corazón al tener nuevamente noticias suyas.