A Francesco, un labrador de Florencia.
Si construir un molde yo quisiera
con tu figura ascética y cercana
traería, de tu mano la Toscana,
de tu rostro la luz que amaneciera,
porque Francesco, tú eres la vidriera
en una catedral de tramontana,
un monje que no viste de sotana,
un cenobita de existencia austera.
Tú no calzas sandalias, sólo albarcas,
escondes tus dos manos por prudencia
y no se aprecia un nimbo en tu cabeza
porque no manifiestas lo que abarcas,
de tu vida interior toda la esencia,
y del alma la luz de tu entereza.
con tu figura ascética y cercana
traería, de tu mano la Toscana,
de tu rostro la luz que amaneciera,
porque Francesco, tú eres la vidriera
en una catedral de tramontana,
un monje que no viste de sotana,
un cenobita de existencia austera.
Tú no calzas sandalias, sólo albarcas,
escondes tus dos manos por prudencia
y no se aprecia un nimbo en tu cabeza
porque no manifiestas lo que abarcas,
de tu vida interior toda la esencia,
y del alma la luz de tu entereza.
10 comentarios:
Si su alma es luz y entereza lo tiene todo Francesco.
Bello soneto Fernando.
Un abrazo agarimoso.
Precioso poema digno de un gran poeta. Saludos cordiales,
Aída
Es precioso, amigo. Casi mágico.
Uy, este Francesco, si conociera este homenaje tan valioso que le haces...
Sensible hasta la médula recorres los sonetos como si bailaras.
Magnífico corazón de poeta, magnífico hombre, magnífico amigo...
Un abrazo bien grande.
Impecable soneto
que fotografía
a Francesco y
a los campos de
Toscana.
Todo ternura y
buen hacer.
Un gran abrazo
Soy más consciente de lo complicado que es ajustar la rima tan exactamente, sobre todo en los sonetos, es una de las cosas que te hace grande, querido Fernando.
Un abrazo
Un homenaje precioso para un hombre que trabaja con esas manos que oculta. Es emocionante el verso que lo compara con una "vidriera de una catedral de tramontana". Pero lo más emocionante es el verso que clausura el soneto. Enhorabuena. Ya me gustaría tener tanto mundo como tú...
Hermoso poema a este labrador, no te imagina cómo me he identificado con tus palabras. No me cabe duda de que Francesco es como tú lo cuentas.
Un abrazo.
Este es uno de tus sonetos que más me gustan. Recuerdo haberlo leído alguna vez.
porque Francesco, tú eres la vidriera
en una catedral de tramontana
Estos dos versos en los que reflejas la profunda humanidad y espiritualidad de Francesco, aparte de la calidad literaria, son de una belleza sin par.
¡Cuánto tengo que aprender!
Un fuerte abrazo
FERNANDO :
Me parece sentir a mi padre cuando hablaba de mi abuelo ,"tu no calzas sandalias solo albarcas,escondes las manos con prudencia"
Las rùsticas manos del plantador de sarmientos y recolector de olivas ,dueño de esas tierras mezquinas,màs piedras que tierra ,para luego cosechar cantando y subir las sierras y agradecer a Dios con alegrìa.
ME CONMUEVEN HSTA EL LLANTO TUS POESÌAS .
CARO AMICO .
Baci...............estela
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