Te busqué.
Te busqué como un ciego en las cartas de viaje,
como si no existiera la emoción desbordada
de imaginarte envuelta en las luces iniciales
del día en que te veré nacer ante mis ojos.
Allí estaré, descubriendo todos tus detalles,
esbozando con mi imaginación tus márgenes,
completando los perfiles más desdibujados,
para pintar el cuadro que tu humildad rechaza.
Llenaré lentamente los espacios prohibidos,
recorriendo los lugares que sólo aparecen
en el fondo de mis eternas incertidumbres,
para renacer un vez más de entre los restos
de los viejos rescoldos dentro de mí escondidos
y terminar el cuadro que el corazón reclama.
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2 comentarios:
Hacía tiempo que no leía alejandrinos.
Precioso el segundo cuarteto.
Un saludo.
No sé reconocer alejandrinos... pero terminar el cuadro que mi corazón reclama... de eso sí sé... también tengo un cuadro inconcluso...
Excelente soneto... alejandrino...
Un saludo
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