Al cumplirse las bodas de oro de Gerardo y Germaine, fuimos invitados mi mujer y yo a una celebración en la casa que tiene su hija Elena entre Majadahonda y Pozuelo de Alarcón. Gerardo estuvo casi todo el tiempo sin hablar. Ya no era tan joven como el elegante académico que actuó como padrino en nuestra boda. Estaba silencioso,muy cansado,hundido en el sofá, pero atendía las charlas de los invitados mientras bebía a sorbitos su café con leche. En una pausa, me miró y, señalándome con el dedo, me dijo : "Tienes la figura de un torero antiguo". Si lo dijo pensando en algún torero famoso, creo que dicho torero tendría que ser El Gallo, porque tanto él como yo, andábamos escasos de pelo. Pensando en ello, cito a continuación un trozo de su poesía"Las largas de Rafael " El Gallo" , de su libro " La suerte o la muerte ":
Y otras largas, Rafael,
siempre a punto de capote
a hilvanar bien el derrote
contra el pliegue timonel.
Tu fina estampa de sal
-miraste atrás de reojo
por si el toro te seguía-
se cimbrea
con la larga natural
o con la larga cambiada.
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