sábado, 14 de febrero de 2009

Encuentro con Rafael Alberti.


Me refiero a un encuentro porque así fué; un encuentro inesperado, impensable y muy interesante. Rafael Alberti fué uno de mis poetas favoritos en mis tiempos de estudiante en la universidad. Leí casi todas sus obras, incluyendo alguna de las prohibidas por entonces. Seguí su vida y hubo un momento, después de su vuelta, en que pensé hacer lo posible por encontrarme con él, pero no tuve que buscar la oportunidad. Un día , bajando por la acera de la calle Princesa en dirección a la Plaza de España, casi tropiezo con él. Llevaba una bolsa de plástico blanca, con alimentos recién comprados. Rafael, le dije, ¿ Adónde vas ?. ¿ Te conozco? me preguntó. No- contesté- pero yo sí te conozco a ti desde la universidad y le recité:

Sobre tu nave —un plinto verde de algas marinas,
de moluscos, de conchas, de esmeralda estelar,
capitán de los vientos y de las golondrinas,
fuiste condecorado por un golpe de mar.

Le hizo mucha gracia mi presentación y estuvimos charlando un buen rato en la misma acera. Estuvo muy simpático y hablamos con mucha naturalidad de todo. Aproveché el momento para decirle que Gerardo Diego había sido el padrino de mi boda y me habló muy bien de él. Realmente me quedé sorprendido por su simpatía y le encontré joven y animoso. Nunca olvidaré este inesperado encuentro.


----------

2 comentarios:

Emilio dijo...

No me extraña que nunca lo olvides. Qué emoción conocer aunque sólo sea un poquito al gran maestro Alberti. Eres muy afortunado, Fernando; además Gerardo Diego (mi paisano, qué amplia y hermosa obra tiene) !padrino de tu boda! qué suerte más grande; eres doblemente afortunado... Dos de los grandes del 27, no me extraña que ames tanto la poesía, sobre todo con perfiles tan descriptivos como era la de esa generación.

Me alegro de haber leído este trocito de tu vida, Fernando, y espero que la vida te haya tratado siempre con esta misma fortuna.

Un abrazo, amigo.

Andrés Glez. Déniz dijo...

Me hubiera gustado conocerle en persona para que me hablara de su estancia en Roma.