miércoles, 13 de febrero de 2013

MI GENTE.


(Homo locum ornat, non hominem locus (Carisio)

Mis paisanos tienen
la misma naturaleza de mi tierra;
son jóvenes sarmientos,
flexibles y enraizados
en el mismo tronco que yo.

Nacieron del mismo barro,
entre chumberas y cardos,
se abrieron paso entre piedras y alcaparras,
bebieron el mismo agua,
la savia de mis ancestros,
y se convirtieron
en yemas latentes,
vitales, fulgentes,
siempre mirando al cielo
como las uvas de mi tierra,
duras por fuera,
dulces en su interior.

Por sus venas fluye
la savia cítrica de los limoneros,
de su piel emanan
aromas de azahar
y su vida ha florecido
entre almendros y olivos.

De ellos he recibido el temple,
mi memoria
y algunas cosas más.

En ellos he recobrado mi historia
y devendrá mi porvenir.

Por ellos he vuelto
a mi casa de piedra,
a mi balcón,
y me siento en el poyo de la puerta,
en el abrevadero,
junto a los mulos,
para recordar las canciones de mi infancia,
reinventar mis amores de niño
soñar con el rostro de mis padres
mientras tiembla mi cuerpo
y templo las velas
de mi espíritu
hasta precisar que
todo
lo he recibido de ellos.

2 comentarios:

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Mi estimado Fernando:

Créeme lo que aquí te expreso y, lo digo ahora, con el espíritu impresionado ante la luz de la belleza de tu poema, pues es preciso y muy justo decirlo así. He leído ya bastante de tu poesía que tiene, según mi humilde juicio, ese toque de sabiduría, elegancia y arte propio de un verdadero poeta, pero, ¡ay, qué poema ( Mi gente) y qué homenaje el que le brindas a tus coterráneos!
Decir algo sobre tu majestuoso poema, mi estimado amigo, sería tanto como una herejía.
Te dejo, entonces, mi abrazo y deseo de felicidad y buena salud.

Fernando dijo...

Gracias por tu generoso comentario, amigo poeta. La calidad de mi gente es muy superior a lo que yo haya podido decir en mi poema. Eres muy buen amigo y tus comentarios son demasiado generosos. Te lo agradezco mucho. Un fuerte abrazo.