jueves, 16 de octubre de 2014

Cuando pienso que existes.



Cuando pienso que existes.

Cuando pienso que existes
 y estás a mi lado,
sólo el permanecer importa,
estar en silencio,
pensarte en silencio,
adivinar tu mirada, delinear tus márgenes,
abrazar tus pensamientos,
saber que vives conmigo y en mi.

No existe ya el tiempo de la incertidumbre,
sólo de la verdad y el asombro.

Cuando me miras y sonríes,
en tus manos recibes mi alma,
fascinada por esta permanencia,
y se vuelven tan cercanas tus cosas,
se condensan tanto mis sueños,
que las lágrimas
tienden a evadirse de mis ojos.

No tengo valor para dejar de mirarte,
te necesito tanto,
me desconciertas tanto,
que yo tampoco de ti podría evadirme.

Si te hablo de amor
es de mi entrega,
de mi permanencia en ti,
y es en tu esencia
donde quiero encontrarme
unidos con un vínculo eterno,
inalterable.


6 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Fernando:

El poema denota toda la paz interior que nos proporciona el amor verdadero, cuando se ha vivido plenamente correspondido.

Un abrazo.

Fernando dijo...

Rafael, amigo: tienes razón. Lo importante es que el amor haya sido plenamente correspondido. Un abrazo.

Marisa dijo...

Ese vínculo sincero
que permanece a través de los años.

Un bello poema Fernando.

Un abrazo muy grande

Fernando dijo...

Marisa, amiga: tú sabes mucho de eso, ¿Verdad? Un abrazo.

Verónica Calvo dijo...

Es un poema nacido del alma, no hay duda.
Toda una declaración, una afirmación, más bien, de ese hilo invisible que une dos almas que han compartido toda una vida.

Abrazos, querido Fernando

Fernando dijo...

Un abrazo cordial, Verónica.