viernes, 8 de octubre de 2010

SIRA.

Poeta Rafael Mulero Valenzuela.



SIRA.


Deep in the said sadness of a vale
far sunken from the healthy breath of morn
John Keats -“Hyperion”

En la profundidad de la sombría tristeza de un valle
sumido en la lejanía del saludable aliento de la mañana…




Nada más empezar este pequeño análisis que me he propuesto hacer al término de la lectura del poemario “Sira” del poeta Rafael Mulero, me surgen dos inquietudes:

¿Por qué recuerdo este poema de John Keats?

¿Quién es, fue o debería haber sido Sira?

Puede que empiece a vislumbrar esta conexión con la poesía de John Keats, recordando estas líneas del poemario:

Tengo la palabra y la entrego
sin esperar providencias.
¡Qué poco poseo!
Mi cuerpo se estremece
en un solo suspiro de soledad.

Ninguno de los dos poetas han padecido el pesado equipaje erudito que entraña un conocimiento profundo de filología, pero se dice con frecuencia que los poetas dotados de profundos y ricos conocimientos filológicos han de desembarazarse, conscientemente o no, de tanta sabiduría literaria para salvar la otra sabiduría: la de saber cantar.

Y en eso creo que los dos poetas han seguido rumbos paralelos. Lo importante es transmitir, a través de sus poemas, el canto a la belleza. Así como Keats, en “Isabella” crea una dramática aparición del espectro de Lorenzo, Rafael nos crea una Sira inaprensible, a veces espectral, pero bellísima confidente personal de su vida y le ofrece su palabra.

Un día creí que era dueño de algo.
Hoy, pasado el tiempo,
me doy cuenta que nada tengo.
Sólo, es suficiente, amor conservo.
Aquí, como un árbol plantado estoy,
vivo de esta manera, aferrado a la tierra.
Mi palabra, Sira, pronuncio.


Y a esa existencia imaginativa, espectral, une su amor al canto poético:


De mis recuerdos debo confesar
que pretendí ser un hombre de canción inmortal
y de palabra sincera
que confortara la amarga pena
que tantas veces contemplé
en ojos de mirada apagada.


Naturalmente, nada tienen que ver estos dos poetas respecto a su edad o situaciones vividas, pero ambos buscan fundamentalmente la belleza y la felicidad, dentro de un clima de desasosiego espiritual, pero profundamente humano.


Así, dice Keats, en uno de sus poemas dedicados a Fanny Brawne:


¿Por qué me he reído esta noche? Nadie lo dirá,
ni Dios ni el Demonio con sus severas respuestas,
Se dignan responder desde el Cielo o desde el Infierno.
Entonces me dirijo de una vez a mi corazón humano.


Y Rafael pregunta a Sira:


¿Quién ha hecho de la vida que me dieron
una tristeza constante e incontenible,
yo que siempre he amado la risa
y he admirado entusiasmado los ojos llenos de luz?


A lo largo de todo el poema se advierte un desánimo profundo en el recuerdo de los hechos vividos, haciéndose el poeta una acusación personal y una tristeza por los desengaños vividos:


Un día creí que era dueño de algo
¡qué soñador crecidamente insensato!
Hoy me pienso en una inmensa tristeza.
Siento que mi corazón inseguro tiembla.


Y acaba con unos pensamientos desoladores:


Me muero, Sira, en los odios y en las envidias,
en las boqueras fétidas de la hipocresía;
me muero en cada arma que se construye,
en intereses económicos que no respetan la vida.


Y así como Keats dice:


Ever let the fancy roam,
Pleasure never is at home.

Dejad vagar siempre a la Fantasía,
El placer nunca se halla en casa.


Rafael deja vagar la fantasía de una mujer ideal y termina de una forma llena de esperanza:


Envuelto en sus brazos,
en el aroma de su cabello,
me quedo como un niño dormido,
sintiendo despacio su cuerpo
y soñando contigo, Sira,
mi hija nunca concebida.



Rafael Mulero Valenzuela es un poeta de nuestro Blog de Poesía.



22 comentarios:

Jose Zúñiga dijo...

Da gusto leer cosas así.
Abrazo

Fernando dijo...

Gracias por tu comentario, amigo José Zúñiga. He realizado este breve análisis con objeto de motivar a nuestros poetas de la Red a leer con profundidad los poemarios de nuestros compañeros de fatiga y de creación.Un abrazo.

Mercedes Pinto dijo...

Tal vez, Keats y Rafael tengan en común lo único importante para el poeta, que no puede pasar de largo ante la belleza de la vida; que nada de lo que les rodea les es indiferente y, que, naturalmente, no se conforman con las recetas hechas, buscan las suyas.
Muy interesante este post, además de didáctico y bello.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Muy bello comentario, Marisa, efectivamente ambos poetas buscan la belleza y la felicidad y nada les es indiferente. Un abrazo.

© José A. Socorro-Noray dijo...

No conocía la poesía de Rafael Mulero. Desde hoy me la apunto como libro de cabecera, no se puede mirar para otro lado cuando uno se encuentra cara a cara con la belleza.



Un fuerte abrazo.

Fernando dijo...

Noray, amigo y poeta, gracias por tu interés. Rafael es un buen poeta y necesita ser alentado para seguir colaborando con entusiasmo en nuestro blog. Necesitamos a poetas como él. Un abrazo cordial.

Juanjo Almeda dijo...

Fernando, hay algo que escribí hace poco sobre una piedra; no es un poema con musicalidad, es más, muchos dirían que nisiquiera es un poema, quizás un absurdo trabalenguas. Ahí hablo de lo que inquieta y lo que no, y de algo que quizás, pueda estar relacionado con ella, con Sira, con lo que puede haber debajo de esa piedra. Más adelante lo publicaré, y me gustaría que me ayudases a analizarlo, y me des tu opinión sincera -como haces simpre claro- sea la que sea, pues lo escribí con mi idea tal como vino aquella noche, y no le di más vueltas. Bueno, algo pasará... Un abrazo

Fernando dijo...

Adelante, amigo Juanjo, ya sabes que mi interés es apoyar la poesía auténtica, natural, sin olvidar, claro, las reglas lógicas de la gramática. Con mucho gusto analizaré lo que publiques. No soy un gran anlista, pero lo intentaré. Un abrazo, poeta.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Un análisis magistral, querido Fernando.
Un abrazo.

Fernando dijo...

No tanto, amigo Terly, no te pases. Es un pequeñísimo intento para valorar una obra buena. Un abraz.

Elvira Daudet dijo...

Querido Fernando:
Gracias por tu doble generosidad: hacia el poeta amigo -que yo no conocía-, al que comparas con Keats nada menos, y por compartir tu enorme sabiduría con todos tus seguidores en la red.
Es muy bello tu poema a los campesinos, que en fancés suena de maravilla, con una pregunta aún lacerante: ¿dónde están los dioses/
que no vienen a vernos?, aunque la razón nos descubrió hace tiempo que los dioses no existen.
Tus comentarios me llenan siempre de alegría. Besos. Elvira

Fernando dijo...

Tus poemas me llenan de alegría y tristeza al mismo tiempo, querida Elvira. De alegría por poder disfrutar de tu excelenta clase poética, y de tristeza por el trasfondo de lo que has sufrido y transmites. Es un honor leerte. Un abrazo.

Marisa dijo...

Bello lo que escribió Rafael
y extraordinario el ánalisis
que tú le haces.

Un abrazo muy fuerte.

Marcos Callau dijo...

Muy bien, Fernando, lo único que yo puedo hacer es leerte y aprender... y sguir leyendo mucho más de lo que he leído pues desconozco muchos de los temas que tratas. Un abrazo.

Fernando dijo...

Marisa, amiga, gracias por tu comentario. Esperemos que Rafael se anime a regalarnos sus poesías en nuestro bolg. Gracias y un saludo cordial.

Fernando dijo...

Marcos, amigo, gracias por tu comentario. Yo tengo mis manías, me gustan Keats y Sheller. Eran jóvenes y entusiastas. John Keats murió demasiado joven, pero nos dejó un legado formidable. Un fuerte abrazo.

tinta negra dijo...

Eres un gran escritor y tu analisis es espectacular"!°


Saludos!°

Fernando dijo...

Gracias por tu comentario, tinta negra, amiga, hay tantos buenos poetas en el mundo que es bueno divugarlos cuando los encuentras. Un saludo muy cordial.

Juan José Romero M-E. dijo...

No me paso, querido Fernando. Magistral es de maestro y tú lo eres y eso lo sabemos todos los que te leemos.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Gracisa, Adolfo, amigo. Tu comentario siempre es bienvenido y nos sirve de acicate en nuestro tranajo. Un abrazo.

José María Alloza dijo...

Rafael es un poeta magnifico y gente como tú son un regalo en ésta vida.
Un abrazo

Fernando dijo...

Gracias, Amadeus,poeta, el trabajo entre y sobre nosotros puede darnos fuerza para seguir adelante en este difícil y a la vez emocionante mundo de la poesía.