viernes, 23 de enero de 2009
Víctor García-Tapia
Mi amigo Víctor.Cuántos buenos ratos hemos pasado juntos, en tu casa de la calle Orense, donde te bañabas con cuidado porque habías colgado cuadros hasta el borde de la bañera; en el bar del Paseo de la Habana, donde me contabas tus increíbles borracheras y me hablabas de tu amor por los enanos; en tus exposiciones; en las largas tertulias con los amigos comunes. He incluído en este blog la pintura que me regalaste, donde intentabas expresar uno de los delirium tremens que tuviste en la ciudad de Londres Estoy seguro de que ahora estarás muy tranquilo, observando la estupenda obra pictórica de tu vida.
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