El paseo
Estoy sentado al borde de un sendero
en la cima de un monte, respirando
el olor de los pinos, inhalando
el predecible aroma del romero.
Veo flores de jara, un reguero
que pequeñas hormigas van trazando,
zarzas, moscas, mariposas volando
y ardillas en un pino piñonero.
Abajo, esplendor de la pintura,
el trigo amarillea la llanura
con pinceladas breves y doradas;
éxtasis de contemplación, la calma
del cielo azul, unas anticipadas
puertas para la fuga de mi alma.
A Luis Molinera, filósofo y paseante
1 comentario:
Este poema refleja en su tratamiento la misma serenidad del tema tratado.
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