martes, 24 de mayo de 2011

Carmencita.




Carmencita. 


Tu azotea es un lugar de ensueños,
de silencios, de soledades,
donde se extiende
la delicia de una niña en cuclillas
jugando con maternales enseres.
No hay nada más allá de la baranda,
el mundo se ha conformado aquí,
y aquí es donde vives, amas,  juegas,
con la intensidad de una realidad distinta,
con la emoción de un mundo nuevo.
Te miro rodeada de nubes
que sobre ti envidian tu azotea
porque está llena de vida
y de ternura, y te imagino,
Carmencita querida,
recibiendo a los ángeles
que bajan por una escalera de colores
a jugar con tus cosas
y a compartir tu soledad de niña.



Al cuadro del pintor Antonio López “Carmencita jugando”.

16 comentarios:

Marisa dijo...

No puede haber más belleza
ni ternura en unos versos
como los que tu nos dejas
para describir de forma tan
genial esta pintura.

Un abrazo muy grande

Fernando dijo...

Marisa, amiga: Antonio López es genial. ¡Cómo ha sabido captar el momento de esta niña tan sola y tan envuelta en sueños! Este lienzo siempre me ha conmovido y hasta me ha hecho soltar alguna lágrima. Un saludo cordial.

Ángeles Hernández dijo...

Intensidad de una realidad distinta,
con la emoción de un mundo nuevo.

llena de vida
y de ternura,

soledad de niña.
************************************

Conocía este cuadro de A.López pero después de leer tu poema , Fernando, me parece otro. Donde solo veía a una niña jugando en la terraza, como cualquiera, y un horizonte de paisaje amplio, ahora conozco una historia: la de una niña sola que vive su mundo nuevo, su realidad distinta a la que hay detrás de la baranda, y como es la que ella elige, es vida y es ternura.

Y un cuadro hermoso se convierte así en una preciosa historia. Carmencita no es cualquiera.

Gracias por ayudarnos a jugar con las imágenes dandolas vida.

Un abrazo Á.

Fernando dijo...

Ángeles, amiga: también a ti te digo que Antonio López ha sabido ver la realidad de esta niña. Cuando pensamos en lo que está soñando y la vemos tan pequeña en un mundo tan hostil, deseamos que vengan a visitarla todo los ángeles del cielo.
¿nos damos cuenta de lo que piensan los niños y la soledad que tienen tantas veces? Un abrazo muy fuerte, Angeles, amiga.

Ángeles Hernández dijo...

Sigo con el tema: sí quepueden estar solos los niños, aún los más amados. Es fácil ocuparse de su salud, de su comida de su aspecto...pero ¿quien se introdue en su mundo de ideas, esas que se conforman a través de la información que ellos captan, no la que nosotros conocemos...

Para reflexionar, mucho.

Gracias Á.

Fernando dijo...

Efectivamente, Ángeles, hay un mundo interior en cada niño que muchas veces desconocemos. Es muy difícil penetrar en él. Por eso los padres deben ser formados para intentar descubrir los sentimientos e ideas de los niños y tratar de cooperar con ellos. Muchos niños se desconciertan ante la realidad de las cosas y los padres debemos orientarles y razonarles siempre, de manera que exista un fluido de comprensión e inteligencia entre padres e hijos. Cuanto más se trabaje en la sociedad para mejorar esta relación. mejores personas habrá en el futuro. Un cordial saludo.

Maria Sangüesa dijo...

Has conseguido un poema pleno de ternura, con toques magistrales como el de reflejar la soledad, esa soledad de la azotea (eco de la de la niña)recinto abierto, cerca del cielo, tal y como nos lo dejó plasmado Antonio López. Una emocionante delicia la de ver como se aúnan pintura y poema. Gracias. Un abrazo.

Fernando dijo...

María, amiga, poeta: gracias por tu comentario. Antonio López es tan realista, que apena ver a la pobre Carmencita jugando sola en la terraza de su casa. Un abrazo. A VER SI TE VEMOS OTRA VEZ POR AQUÍ.

Marcos Callau dijo...

He querido leerlo primero, sin haber visto antes la pintura y contemplarla después. Amigo Fernando, ya tus versos dibujan la soledad que desprende esta tierna obra de arte. Soledad de niña. Precioso Fernando. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo también fui una Carmencita, amigo Fernando, y me refugiaba en la azotea bajos las nubes, donde levantaba un mundo a mi medida... Qué tiempos, eran tan... dulces.
Este poema me ha llegado especialmente.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Mercedes, amiga: siempre me han enternecido las niñas pequeñas jugando. Es maravilloso el mundo que crean y el amor conque mueven sus muñecos y sus pequeños muebles. Antonio López ha pintado magistralmente esa escena. Un fuerte abrazo.

Fernando dijo...

Hola Marcos: qué pena hacerse mayores ¿verdad? ¡Qué maravillosa es la infancia! Ya lo dijo Jesús: "Dejad que los niños se acerquen a mi" Y es inevitable, dejamos de ser niños y nos convertimos en personas llenas de problemas. Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.

silvia zappia dijo...

me llegó mucho este poema, así como la pintura...yo también jugaba en una terraza, siendo muy pequeña. luego bajé al patio.

besos, Fernando.

Fernando dijo...

Rayuela amiga, ¡cuánta niña buena conozco, me gusta mucho que todas vosotras, niñas buenas, estéis en nuestra red, Si no fuera por mi salud, asistiría a vuestro congreso de septiembre en Buenos Aires y os conocería personalmente. Un saludo muy cariñoso.

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Estimado Fernando:

¡Cuánto derroche de ternura dejas en este poema!
Me has hecho acordar de mis sobrinas, ahora también poetas, que cuando eran unas infantes eran todos los estados del ser humano en ellas mismas; eran ternura, a veces soledad, otras irascibilidad y el amor ya se avizoraba en ellas como una gran virtud.
¡Qué grande eres Fernando!

Maestro, por esas cosas de Google no apareció el comentario que hice a tu poema "Miedo", pero, tuve la precaución de guardarlo en mi ordenador y a te lo adjunto a este comentario.

Mi querido maestro:

Me da miedo perder de vista el rumbo de tu arte; me da miedo perder al hombre descriptivo, al vate que hay en ti, al ser humano sensible. Me da miedo llegar a ser un falso poeta y un adulador altisonante ante tus ojos...me da miedo tu ausencia; finalmente, me da miedo tu presencia porque está cargada de sapiencia y la gallardía de tu raza.
Un abrazo Fernando.

Fernando dijo...

Gustavo, amigo: he pasado unos malos días y tenía pendiente una deuda contigo. Primero, felicitarte por tu nuevo libro. Te agradecería me dijeras su precio para comprártelo, porque ya sabes que la norma entre nosotros es pagar su precio. Por favor, me lo indicas, y te envío su importe a la cuenta bancaria que me digas. Es importante publicar y ayudarnos. Yo leo tus poemas, extraordinarios poemas, que me justifican mi existencia en el blog. ¡Pensar que estamos tan lejos físicamente y tan cerca intelectualmente! Te agradezco enormemente tus comentarios. Me dan vida y necesito la vida en este momento. Un gran abrazo, poeta.